Vivimos en un mundo donde la tecnología, y con ella, las diferentes plataformas para socializar e interactuar, ocupan gran parte de nuestro tiempo. Especialmente las redes sociales están presentes en nuestro día a día. Desde la pantalla del celular o la computadora, compartimos nuestras alegrías, tristezas, logros y frustraciones. ¿Hasta qué punto es conveniente contarle al mundo nuestra vida, abriéndole la puerta de nuestra privacidad a conocidos y desconocidos?