Crianza: ¿Obligas a los niños a ofrecer disculpas sin que se arrepientan?

La escena suele ser siempre la misma: dos niños discuten en un parque. Los padres intervienen rápidamente para solucionar el problema. “Pide perdón”, le dicen en tono más o menos amenazante. El niño se muestra molesto y sin querer pedir perdón, pero tras la insistencia materna o paterna, termina ofreciendo una disculpa con muy poca convicción.

Por Alondra Arrieta, Team Psicovivir

Estas escenas se hacen comunes en la vida cotidiana de padres e hijos, pero esto no quiere decir que sea un estilo de crianza correcto. De hecho, no lo es.

Muchas veces se considera que con esta actitud impositiva de exigir una disculpa, los padres están logrando que sus hijos tengan modales, cuando no es así.

La especialista en psicología, Samanta Bigatti, nos concedió una entrevista para hablar sobre este estilo de crianza que, de alguna manera, coacciona a los niños a hacer cosas con las cuales no está de acuerdo.

Forzar a tu hijo a pedir perdón

Para Bigatti, no está bien imponerle a un niño la obligación de ofrecer disculpas ante un mal comportamiento, ya que lo que se logra de esa manera es demostrarle que lo correcto es “solamente hacerle caso a mamá y a papá”, sin una justificación más acorde y que le permita ir desarrollando su nivel de comprensión.

Al exigirle que brinde disculpas, sin explicarle el por qué debe hacerlo, no se logra una consciencia plena para que entienda realmente lo que ha pasado.

Ofrecer disculpas es una clave

Hay que acompañar a los hijos en este recorrido a que entiendan qué significa decir lo siento, y para que esto pueda ocurrir tienen que ver a sus padres ofreciendo disculpas. De eso se trata la crianza, de establecer límites sanos y de enseñar con el ejemplo.

La disculpa tiene que ser algo habitual en casa, por ser el entorno en que los niños y adolescentes se encuentran la mayor parte del tiempo.

Por ejemplo, ver a mamá que luego de una discusión le pide disculpas a papá. Observar a papá que luego de perder la paciencia con uno de sus hermanos se acerca y le pide perdón. Esto es necesario.

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Recordemos que los niños aprenden primeramente con lo que vivencian y ven de sus cuidadores principales.

Padres, ustedes son el primer ejemplo a seguir

Si los padres sienten que pedir perdón cuando se equivocan, aunque sea con la mejor de las intenciones, es rebajarse o manchar el orgullo, no se puede esperar que los niños naturalicen el pedido de disculpas cuando lastiman a otros.

Dinámica para los padres ¿Qué hacer?

Es de suma importancia enseñar a los hijos la importancia de ofrecer y de recibir disculpas cuando son lastimados, cuando ellos mismos están dolidos.

El hecho de recibir un perdón de quien, a pesar de haberse equivocado y haberlo herido, se arrepiente y demuestra la intención de reparar el vínculo, los ayuda a entender esta dinámica y permitirá a los niños ir estableciendo relaciones genuinas, empáticas, más sanas y duraderas a largo plazo.

No es sano obligar al niño

Para Samanta Bigatti, especialista en psicología y madre de niños pequeños, al obligar a los hijos lo único que se conseguirá es que, de forma automática, luego de ser regañado, diga perdón, pero sin sentirlo, solo para complacer a mamá y a papá.

El niño piensa que así se evita un regaño mayor. En cambio, si desde casa el perdón está en la dinámica familiar, el niño podrá utilizarlo de forma más consciente y con su verdadero sentido: sanar, liberar y curar al emisario y al receptor.

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