Cuando juzgas a otros

Yo creo que es importante que nosotros entendamos que los juicios que nosotros emitimos hacia las demás personas, tienen que ver más con nuestros criterios que con los criterios de las personas. 

¿Te gusta ser el centro de atención?

Algunas personas buscan constantemente el aplauso y la admiración de los demás, mientras que otros pueden experimentar una incomodidad extrema cuando no son el foco de atención en una situación.

Amor propio tóxico ¿de qué se trata?

Amor propio tóxico

Desde mi experiencia como psicóloga, denomino el amor propio tóxico como esos patrones de pensamientos erróneos, extremos y superficiales que llegan a resultar en comportamientos y actitudes dañinas y autolesivas.

Madres tóxicas: “Amo a mi mamá, pero no quiero estar con ella»

Madres tóxicas: “Amo a mi mamá, pero no quiero estar con ella».
Cuando sepas filtrar la emoción del mensaje que tu madre emite, entenderás que lo que ella dice nace de su conflictividad, de sus traumas (si los tuviera), de su propia historia y de cómo ha aprendido a relacionarse.

Dormir tranquilo de nuevo: cómo superar el insomnio

No hay nada que reemplace el sueño y el buen dormir, cuando esto no se tiene el insomnio se torna un problema tan real que no te sientes tú mismo. Dormir tranquilo de nuevo pasa por saber cómo superar el insomnio

Una breve explicación sobre el ego

Una breve explicación sobre el ego Por: Alberto Barradas – @psicovivir El ego está mal valorado, de hecho cuando hablan de una persona «con ego» lo hacen para criticarla. Incluso se ha llegado al extremo de hacer toda una mitología en cuanto a lo malo que es. Les daré una breve explicación sobre el ego. No estoy de acuerdo con eso. ¿Por qué? Porque el ego es el yo. El Yo, en psicología, tiene que ver con la conciencia de mí mismo. Está relacionada con la autoestima. ¿Cómo es eso? Yo tengo un ego, es decir tengo un yo. Ese yo tiene una capacidad, se llama metacognición, y ¿qué es eso? La capacidad de pensar sobre los propios pensamientos. Estoy pensando que en este momento estoy pensando. ¿Ven? Esa capacidad. Ahora bien, yo pienso sobre mí mismo, y cuando pienso sobre mí mismo, me califico (autoestima) y todo ese proceso es EGO, lo cual en otras palabras es el YO. Algunas definiciones sobre el ego Inmanuel Kant entendió esta dimensión como una entidad donde se incluía cada representación mental que la persona lleva a cabo. Para Sigmund Freud el ego es la representación de la realidad y la razón. Es quien controla las pulsiones del “ello”, y quien intenta de algún modo, satisfacer los deseos de este último de un modo socialmente apropiado.  ¿Complicado, verdad? Vamos a ponerlo fácil: Todos tenemos a diario peleas de egos.  ¿Cuándo?  Cuando criticamos a alguien. Criticar es siempre desde el ego (yo). Incluso, cuando críticas al ego estás teniendo ego. También cuando te alabas o alabas a alguien, es ego.  ¿Es malo? No, para nada, es solo el ejercicio de una capacidad que tienes, el yo.  ¿Lo ves? En próxima entrega ampliaré este tema, muy solicitado en mis redes.

Cambiar nuestra conducta. cómo y para qué

Cambiar nuestra conducta: cómo y para qué ¿Es posible cambiar nuestra conducta? Descubre cómo y para qué modificar los patrones de comportamiento arraigados y mediante estrategias efectivas. Conoce los pasos clave para lograr el cambio y cómo aplicar el refuerzo positivo y el apoyo social en este proceso. Por: Psic. Esmelin Graterol – Especialista Team Psicovivir Sí, definitivamente podemos cambiar nuestra conducta. Aunque los patrones de comportamiento pueden ser arraigados y difíciles de modificar, existen varias estrategias y enfoques que pueden ayudar a ajustar nuestra forma de actuar. Paso a paso Conciencia y autoevaluación: el primer paso para cambiar nuestra conducta es ser conscientes de ella y comprender por qué ocurre. Reflexionar sobre nuestras acciones, motivaciones y las posibles consecuencias de nuestra conducta nos ayuda a identificar áreas en las que deseamos realizar cambios. Establecer metas claras: definir metas específicas y alcanzables nos brinda una dirección clara para el cambio. Las metas deben ser realistas y medibles, y podemos dividirlas en pasos más pequeños para facilitar el progreso y la motivación. Aprendizaje de nuevas habilidades: adquirir nuevas habilidades puede ayudarnos a cambiar nuestra conducta. Si deseamos dejar de fumar, por ejemplo, podemos aprender técnicas de manejo del estrés o de afrontamiento para superar los desencadenantes. Si queremos mejorar nuestras habilidades sociales, podemos practicar la comunicación efectiva y el establecimiento de límites saludables. Reforzamiento positivo: el refuerzo positivo implica premiar o reconocer los comportamientos deseados. Al recompensarnos o recibir elogios por nuestras acciones positivas, nos sentimos motivados para mantener esos comportamientos y seguir adelante con el cambio. Modelado y apoyo social: observar y aprender de las personas que exhiben la conducta que deseamos tener puede ser muy útil. Además, contar con el apoyo de amigos, familiares o grupos de apoyo puede brindarnos motivación, consejos y una red de apoyo durante el proceso de cambio. Persistencia y paciencia: cambiar la conducta lleva tiempo y esfuerzo. Es importante ser paciente y no desanimarse ante los contratiempos. La persistencia y la práctica constante son fundamentales para consolidar nuevos patrones de conducta. En resumen, cambiar la conducta requiere autoevaluación, establecer metas claras, aprender nuevas habilidades, aplicar el refuerzo positivo, buscar modelos a seguir y contar con apoyo social. A través de la persistencia y la paciencia, podemos transformar nuestra forma de actuar y vivir una vida más saludable y satisfactoria. Referencias:

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