¿Eres presa del agotamiento emocional? ¡Descúbrelo!

agotamiento emocional

¿Eres presa del agotamiento emocional? ¡Descúbrelo! Aunque el agotamiento emocional se experimenta como cansancio mental, suele estar acompañado de una gran fatiga física. Cuando sobreviene hay una sensación de pesadez, de imposibilidad de seguir adelante. Se cae entonces en una inercia de la que es difícil salir. Por @AlondraValen – Asistente de Redacción Por lo general, el agotamiento emocional ocurre en ámbitos en donde hay una gran exigencia, que a su vez, aparentemente, demanda grandes sacrificios. Por ejemplo, en un trabajo en el que hay alto riesgo de despido. O en un hogar cuyos miembros están llenos de problemas y demandan atención. También cuando tenemos una pareja conflictiva o con graves dificultades. Para conocer las causas y los síntomas del agotamiento emocional, conversamos con la psicóloga Mariana Hernández, del Team Psicovivir. ¿Qué es el agotamiento emocional? La fatiga o agotamiento emocional se refiere a un conjunto de síntomas que comienza a experimentar una persona cuando se enfrenta a situaciones estresantes por un largo periodo de tiempo. Estas situaciones que detonan estrés y ansiedad pueden ser de cualquier índole: familiar, laboral, social, académico y de pareja. La raíz del estado de agotamiento es el desgaste de la capacidad de afrontamiento a los conflictos del entorno, producido por una fatiga en los mecanismos de defensa. Es decir, cuando alguien se encuentra en alerta constantemente, con el tiempo deja de responder de manera eficaz y la conducta puede volverse errática e impulsiva. Este agotamiento emocional puede confundirse fácilmente con depresión o, incluso, ser parte del inicio de un proceso depresivo si no se toman correctivos a tiempo. Sin embargo, es importante diferenciarlos. PSIC. MARIANA HERNÁNDEZ La depresión y el agotamiento emocional comparten algunos indicadores, por ejemplo: Dificultades en experimentar placer en actividades que anteriormente se disfrutaban. Alteraciones de las pautas del sueño y alimentación. Problemas de atención o concentración. Distraerse con facilidad. Olvidos frecuentes, inclusive con respecto a eventos importantes. Sensación de embotamiento emocional, “no sentir nada”. En un episodio depresivo, se considera además que el estado de ánimo debe encontrarse en una fase de decaimiento la mayor parte del día, durante un mínimo de dos semanas de duración, así como también la dificultad para experimentar placer. De igual forma, los otros síntomas se presentan con una mayor intensidad. ¿Cuáles son las causas del agotamiento emocional? Puede tener diversos orígenes, pero siempre surge bajo las mismas circunstancias: estar sometido a niveles altos de estrés y ansiedad, así como estados emocionales fuertes por un periodo prolongado de tiempo, incluso, haber sufrido un trauma o una pérdida significativa. El agotamiento emocional tiende a observarse en: Personas que se sienten sobre exigidas, ya sea por no saber delegar responsabilidades o no poder expresarse y solicitar ayudar para sobrellevar la situación. Situaciones como cuidar de a familiar enfermo de forma crónica, lo que mantiene al cuidador en un estado de alerta continuo. Personas que no tienen espacio de esparcimiento y placer para sí mismas. Aquellos que ya han superado una situación conflictiva pero no logran recuperar el funcionamiento que tenían antes de la crisis. Esto puede aplicar para personas que reviven constantemente una situación traumática, de forma consciente o en sueños. ¿Cómo se puede percibir el agotamiento emocional? Si se convive con una persona que experimenta fatiga emocional, es evidente la aparición de algunas conductas: Mayor irritabilidad, reacciones agresivas. Aislamiento dentro de su habitación, utilización casi compulsiva del celular o utilizar audífonos a modo de aislarse del mundo exterior. Esto aplica para el uso de videojuegos. La persona puede buscar excusas para ausentarse de la casa o sumergirse en las actividades laborales. Evitación del contacto social, ya sea familiar o de amistades. Aparición de problemas y discusiones con personas del círculo cercano a la persona que se encuentra fatigada. Imposibilidad de mostrarle alternativas sin recibir una negativa como primera respuesta, aunque posteriormente acceda a escuchar o a las sugerencias. Descuido de actividades rutinarias que normalmente la persona cumplía, olvidos frecuentes, como pago de deudas o preparar los alimentos. ¿Cuáles son los primeros síntomas? Los primeros síntomas de la fatiga emocional son de carácter fisiológico: Alteraciones del sueño: insomnio e inclusive dormir más de lo habitual. Cambios en la alimentación: comer más o menos de lo habitual. Esto se extiende a la calidad de la comida ingerida. Cambios bruscos en el estado del ánimo: irritabilidad, llanto repentino, poca paciencia para enfrentar casi cualquier situación. Es importante revisar si anteriormente la persona podía lidiar con estas dificultades de una manera más eficiente. Síntomas de ansiedad: presión en el pecho, hiperventilación, pulso acelerado, sudoración, e inclusive ataques de pánico. Dificultades para completar actividades y tareas, distraerse con facilidad o “no poder entender” lo que está haciendo. Errores frecuentes que deben ser corregidos en una labor. Otras alteraciones se observan en la rutina y en la interacción con las personas, por ejemplo: Suspensión de encuentros con amigos y familiares, por “no tener ganas de compartir con nadie” o “estar muy cansado”. Alejamiento incluso a nivel virtual, interactuando menos por las redes. Abandono de aspectos ya integrados a la vida diaria y que reportaban un grado de placer, como el ejercicio físico, disminución de las prácticas sexuales y otras actividades lúdicas. Descuido en actividades de cuidado personal, como ser más desprolijo en el arreglo de la apariencia, recortar conscientemente las horas de sueño para utilizarlo en cumplir con obligaciones e incluso cambiar de forma radical la alimentación. Resistencia a aceptar ayuda por parte de otras personas, afirmando “estar bien” o “tener que hacerlo todo para que salga bien”. ¿Existe tratamiento para el agotamiento emocional? En este punto es importante diferenciar si se trata de un estado de agotamiento emocional o si ha hecho su evolución a un estado depresivo. En ese caso, el abordaje profesional es fundamental para poder acompañar a la persona a superar este episodio. La mejor recomendación es consultar con un especialista que puede determinar la gravedad de la condición y puede indicar la dirección del abordaje. Si se encuentra en la fase de agotamiento emocional, es importante

Nueve señales de estar sufriendo Trastorno Delirante

TRASTORNO DELIRANTE

Nueve señales de estar sufriendo Trastorno Delirante El trastorno delirante es un desorden psicológico también conocido como psicosis paranoica. Se caracteriza por la presencia de delirios o creencias extrañas, pero sin que aparezcan otros síntomas más graves. Por @KeilaCaridad – Jefa de Redacción y Contenidos Los delirios suelen ser uno solo, o bien varios, pero relacionados entre sí y muy consistentes. Todos estos delirios generan una misma idea paralela que es la que cobra fuerza y se mantiene en el tiempo. También conocido como Trastorno Delirante, puede llegar a prolongarse durante periodos prolongados, o incluso a lo largo de toda la vida del paciente. El especialista Esmelin Graterol nos explica que el paciente, aún teniendo delirios, no padece de esquizofrenia ni de alucinaciones significativas. ¿A qué se debe el Trastorno Delirante? En principio, las causas de este desorden son desconocidas. Sin embargo, al igual que en otros trastornos, se cree que pueden existir factores genéticos, fisiológicos y ambientales. También parece que tienen importancia otros factores como pueden ser el aislamiento social, abuso de sustancias, estrés, estatus socioeconómico. Este trastorno puede desarrollarse a cualquier edad; sin embargo, suele presentarse ya en la etapa adulta, o incluso en una edad ya avanzada del paciente. También se ha demostrado la existencia de una cierta relación entre el trastorno delirante y circunstancias biográficas del paciente; así, por ejemplo, sería normal que alguien que sufriese sobrepeso en la infancia desarrollase una idea de una deformidad física. Principales síntomas del Trastorno Delirante: las 9 señales Las personas con este desorden suelen desempeñarse bien en su vida cotidiana, no resultando incapacitadas por el mismo. Al principio, estos delirios suelen pasar desapercibidos para sus allegados, ya que no se manifiestan de manera expresa. Es con el paso del tiempo que el comportamiento de los pacientes va volviéndose gradualmente más extravagante, manifestándose en algunos de los siguientes síntomas: Presencia de una idea o creencia fuertemente asentada, con total convicción. Frecuentemente el paciente guarda secreto si le preguntan sobre su delirio, o sospecha de quien le pregunta. Esa idea está totalmente presente en la vida del individuo, hasta condicionarla de manera severa. El delirio del paciente ocupa una gran parte de su tiempo. El delirio ocupa un lugar central en su vida, esto es, prácticamente todo lo que le sucede al paciente lo relaciona con esa idea. La idea o delirio del paciente es extravagante o muy improbable. Falta de humor o hipersensibilidad del paciente en todo lo referente a su delirio. Reacción irritable o agresiva del paciente cuando se cuestiona si el delirio es real. El delirio suele terminar por desarrollar actitudes y comportamientos extravagantes en el paciente. Cómo tratar el Trastorno Delirante Este tipo de desorden se considera difícil de tratar, y frecuentemente resulta necesario combinar un tratamiento farmacológico y psicoterapéutico. Muchas veces, el paciente está tan firmemente convencido de sus delirios que se niega en rotundo a buscar ayuda. En cuanto a la psicoterapia, el enfoque más efectivo es la intervención cognitivo-conductual; esta tiene por fin último no tanto el control de los síntomas, sino sobre todo evitar recaídas posteriores. Bajo la mirada del especialista Dado que las personas con trastorno delirante a menudo pueden continuar su vida funcionando normalmente, independientemente del tema de sus delirios, y generalmente no se comportan de una manera rara o extraña, hace difícil el poder hacer recomendaciones directamente a ellos. «Porque a diferencia de otras enfermedades, en estas ideas delirantes no hay una certeza en la persona que lo padece, no permitirá tanto abordaje, sin embargo, a menudo, al pasar el tiempo, se suelen impactar más la vida de quien sufre de estos delirios». La recomendación del especialista Esmelin Graterol se enfoca más más hacia el familiar. «Si hay una buena comunicación en los miembros de la familia, se pueden estar atentos a las señales de alarma». Así, por ejemplo, un hijo que se preocupa mucho por su peso, cada vez me habla menos de eso, ahora se tapa, se cubre, son señales que hay que tomar en cuenta. «La recomendación es que se fomente la buena comunicación para poder entenderlo y darse cuenta cuando todo empieza a ser diferente y a prender las alarmas».

Codependencia afectiva en la pareja: cuando el amor ata

codependencia afectiva

Codependencia afectiva en la pareja: cuando el amor ata La codependencia afectiva tiene en común con las otras dependencias emocionales, el hecho de que la persona renuncia a todas sus necesidades y deseos (ya sea porque los esconde o los niega) hasta que estructura un «yo falso» sustentado en una vida que no responde verdaderamente a sus motivaciones y necesidades. Por @KeilaCaridad – Jefa de Redacción y Contenidos En la codependencia  afectiva, la persona pone la relación por encima de otras prioridades e inclusive, por encima de sí misma. Podríamos definirla como una especie de idealización o idolatría. Una característica curiosa de las personas que sufren este problema es que generalmente buscan parejas o una compañía dominante, con actitudes egoístas, llegando a ser en ocasiones posesivas o desconsideradas. Para saber más sobre la codependencia emocional desde el punto de vista psicológico y por qué sucede, entrevistamos a la psicóloga Alba García, miembro del Team Psicovivir. Una definición: ¿Qué es la codependencia afectiva? La codependencia afectiva es una condición psicológica en la cual una persona que está dentro de una relación termina por asumir de forma inconsciente el rol de salvador. «Es un aliado inconsciente de la condición del dependiente emocional, asumido a través de pareja e incluso, de una relación de amistad o familiar. También puede darse bajo condiciones de una adicción». Normalmente hay una complicidad involuntaria por parte del codependiente que, de una u otra forma, mantiene el síntoma de la persona dependiente emocional. ¿Por qué se manifiesta la codependencia afectiva? Para que una codependencia se manifieste tiene que existir una relación, ya sea de trabajo, familiar, amorosa o de amistad, y se tiende a manifestar porque en esa relación existe una persona con características dependientes. Una persona en la cual ese codependiente centra su tiempo  para asumir el rol de rescatista, incluso es capaz de dejar su dinero para resolver los problemas del otro, y normalmente esta persona de una u otra forma siempre está lista para ayudarlo. PSIC. ALBA GARCÍA Principales síntomas de la codependencia afectiva Tender a pensar en los demás, en el bienestar que pueda conseguir esa persona sin tomar en cuenta las propias necesidades. Sentirse responsable de forma exagerada por lo que hace el otro. Tener un concepto bastante distorsionado de qué es el amor, en el sentido de que confunden el amor con el hecho de rescatar. Son personas que buscan involucrarse con individuos que tengan problemas psicológicos o que los vean vulnerables. Buscar volverse indispensables para la persona. Cuando la persona dependiente empieza a salir de esa zona, el codependiente se hace la víctima y toma una posición manipuladora. Demuestran mucha necesidad de aprobación del otro. Causas probables La especialista Alba García precisa que la dependencia puede ser causada por diferentes situaciones, por ejemplo, podría darse en esas personas que tienen baja autoestima, falta de autoconfianza en sí mismas y, en ocasiones, son individuos que sienten que su vida no tiene ningún sentido como tal. Normalmente suelen asumir el rol de codependencia y buscan personas dependientes para poder satisfacer sus roles y no tener que centrarse en sus propias necesidades. PSIC. ALBA GARCÍA Los codependientes son bastantes sensibles a la crítica, además tienen una tendencia a asumir roles de cuidadores, o han asumido roles de cuidadores en la infancia. «Son de esas personas que vienen desde familias en donde de alguna forma tuvieron que asumir el rol de cuidador, de padre o madre cuando eran hijos, y ahora vienen a experimentar en sus relaciones de adulto el mismo patrón». ¿Qué se puede hacer ante esta situación de codependencia emocional? Lo primero que recomienda García es «mostrar al codependiente que realmente el no está trabajando en función del bienestar del otro, porque lo hace desde la posición de «quiero el bienestar de la persona que está siendo dependiente», entonces, de que él sea capaz de identificar que lo que está haciendo no está ayudando a esta persona». Se trata de hacerle ver que está asumiendo un rol que, de alguna forma, sostiene el síntoma en la otra persona. «Este es el primer paso para que la persona se pueda ver en el rol de dependiente y, sobre todo, comience a crear sus propias necesidades». ¿Cómo se logra romper este círculo de codependencia? Hay que romper el ciclo de codependencia. Identificar sus características y sus roles en la relación. Demostrar cómo el rol se mantiene si no cambian la situación de dependencia afectiva. Buscar ayuda terapéutica, ya sea terapia de pareja o terapia individual. Recomendaciones de la especialista ante la codependencia Lo primero y fundamental es mejorar el cuidado de la persona, es decir, «la persona que tiene codependencia una vez que ya reconoce que está en esa situación, es necesario que se haga capaz de ver cómo su vida  se ha tornado o se ha concentrado en las necesidades del otro, descuidando sus propias necesidades o no sabiendo cuáles son sus requerimientos individuales». Se trata entonces de comenzar a encontrar lo que la persona necesita para poder sentirse satisfecho consigo mismo, sin tener que volcarse a otra persona de manera dependiente, sino como sujeto principal dentro de su propia vida.

¡Alerta! Dormir mal activa los pensamientos suicidas en personas deprimidas

Dormir mal

¡Alerta! Dormir mal activa los pensamientos suicidas en personas deprimidas Las ideas suicidas son el resultado de una compleja comunión de diversos factores. En este artículo analizamos la importancia de la higiene del sueño como factor de riesgo cuando se sufre de depresión. Por @AlondraValen – Asistente de Redacción El sueño es muy importante para nuestro bienestar físico y mental. Cuando dormimos, nuestro cuerpo se recupera del cansancio del día, pero la mayor “revolución” ocurre en nuestro cerebro, ya que, por una parte, se libera de las sustancias de deshecho del metabolismo diurno y, por otra, procesa las vivencias que tuvimos durante el día, restándole parte de su impacto emocional. Conversamos con la psicóloga Emily González, especialista en Psicovivir Internacional, quien nos explica cómo el mal sueño hace que en una persona deprimida se disparen los pensamientos suicidas. El suicidio: una alarma activa a nivel global El suicidio es una de las principales problemáticas que enfrentan los profesionales de la salud mental. Al respecto, la Organización Mundial de la Salud (2019), revela que es la tercera causa de muerte entre jóvenes; por lo cual es considerada un problema de salud pública a erradicar. Se debe tener en cuenta que quienes piensan en el suicidio como una opción, es porque usualmente buscan dar fin a un sufrimiento. «Muchas veces este sufrimiento está asociado a múltiples factores, entre ellos, se pueden incluir: baja capacidad de respuesta ante situaciones traumáticas o dificultad para afrontar pérdidas financieras, rupturas amorosas, duelo o enfermedades», refiere la psicóloga. Enfatiza que «igualmente una persona puede quitarse la vida por un comportamiento impulsivo o conductas riesgosas, e incluso alteraciones médicas, entre otros».  Riesgos para una persona con ideación suicida al pasar una mala noche de sueño Sobre la relación entre el sueño y las ideas suicidas, es de aclarar que el ser humano necesita dormir para que su organismo se recupere de las acciones desarrolladas durante el día. En ese sentido, dormir previene enfermedades físicas y cognitivas. La psicóloga destaca que «los estudios han demostrado que el sueño es uno de los factores de riesgo modificables en las personas que sufren de enfermedades mentales (Littlewood, Kyle, Carter, Peters, Pratt & Gooding, 2018)». Continúa y afirma que «particularmente, se ha identificado que los sujetos diagnosticados con depresión, tienen mayor prevalencia a presentar dificultades tanto para conciliar como para mantener el sueño, llegando en casos extremos a no descansar durante días». «Una mala noche de sueño aumenta la idea suicida al día siguiente, en sujetos con depresión mayor que previamente habían manifestado idea suicida. Sin embargo, también se evidencian otros cambios como mayor irritabilidad y fatiga». psic. Emily González Dormir mal es un indicador importante en el diagnóstico de enfermedades mentales «Como psicólogos, cuando estamos tratando a una persona diagnosticada con alguna enfermedad mental o que atraviesa alguna situación estresante, debemos identificar si hay cambios en sus hábitos de sueño y descanso». Destaca que «si encontramos sintomatología que indique un trastorno de sueño, esto deberá ser abordado desde el punto de vista terapéutico y farmacológico, de ser necesario». ¿El mal sueño acentúa los pensamientos suicidas? «La falta de sueño per se no estimula la idea suicida, sin embargo, la fatiga y el agotamiento que manifiesta la persona, en conjunto con la presencia de una enfermedad mental como lo puede ser la depresión, puede llevar a que el sujeto que ha pensado en algún momento en quitarse la vida». Explica que «tras experimentar un periodo prolongado de insomnio, es probable que vea más latente la idea de suicidarse. Sin embargo, es de aclarar que las ideas e intentos suicidas, pueden estar presentes incluso si la persona no presenta complicaciones en el sueño».  Recomendaciones para personas con riesgo psicológico que tienen afectada la higiene del sueño Si presentas dificultades para dormir la cantidad de horas necesarias, te despiertas constantemente o no logras conciliar el sueño y, si además notas que durante la mañana te sientes agotado e irritable, y esto te sucede por un periodo superior a un mes, podrías estar pasando por un trastorno de sueño. Es importante acudir de inmediato con un especialista. Estas son algunas recomendaciones de la psicóloga Emily González, terapeuta del Team Psicovivir. Dormir y despertar siempre en la misma hora. Realiza una rutina previa antes de dormir que prepare a tu cuerpo para descansar. Por ejemplo, ducharte, prepararte una bebida caliente (sin cafeína), practicar la oración u otra actividad que relaje, etc. Hacer ejercicio todos los días, preferiblemente en horas de la mañana o 4 horas antes de ir a dormir. Evitar bebidas que contengan cafeína. Evitar dormir con dispositivos electrónicos (celular, tv, radio). Incorporar la meditación durante la rutina de sueño. 

Hacer ejercicio: beneficiosa práctica contra la ansiedad y la depresión

Hacer ejercicios

Hacer ejercicio: beneficiosa práctica contra la ansiedad y la depresión Cuando sufres depresión o ansiedad, es frecuente que el ejercicio te parezca lo último que deseas hacer. Pero una vez que sientes la motivación, el ejercicio puede hacer una gran diferencia. Exploramos los principales beneficios de la actividad física en el manejo de los trastornos depresivos y de ansiedad. Por @AlondraValen – Asistente de Redacción La crisis de ansiedad normalmente genera palpitaciones, problemas para respirar y un miedo intenso a morir. Aunque en realidad la persona no corre un serio peligro, la intensidad de los síntomas es tal que a menudo la experiencia resulta traumática. Gracias al ejercicio, se pueden prevenir y mejorar muchos problemas de salud, como la hipertensión arterial, la diabetes y la artritis. Diversas investigaciones reseñan los beneficios psicológicos y físicos del ejercicio también mejoran el estado de ánimo y reducen la ansiedad. La especialista en psicología, Helen Vivas, nos comenta que hacer ejercicios físicos durante 30 minutos, de tres a cinco días a la semana, mejora notablemente el estado mental y físico de las personas. La actividad física: aliada de la prevención La psicóloga del Team Psicovivir destaca que hacer ejercicios contribuye a prevenir muchas enfermedades. «La salud en general se ve beneficiada, es por ello que, practicar alguna actividad física de manera rutinaria, favorece no solo el cuerpo sino también la salud mental de las personas». Beneficios concretos, probados y comprobados de hacer ejercicio Ayuda a reducir el estrés, la depresión, la ansiedad, entre otros síntomas de desajuste emocional y mental. Contribuye a que la persona descanse mejor durante la noche. Favorece el rendimiento laboral. Aumenta la energía diaria. Mejora la flexibilidad y la postura. Mejora la calidad de vida. Reduce los sentimientos depresivos. El ejercicio libera  endorfinas Sea cual sea la actividad física que lleves a cabo, el entrenamiento o la rutina; debes saber que mientras las desarrollas, tu cuerpo comienza a activar algunas hormonas que ayudan a regular el rendimiento y la adaptación física. Con el ejercicio  liberas las llamadas y conocidas endorfinas, sustancia que aumentan el estado de bienestar y disminuye la sensación de dolor emocional. El ejercicio físico ayuda a eliminar la ansiedad Vivas destaca que «entrenar es un gran aliado contra la ansiedad, ya  que nuestro cuerpo libera dopamina, serotonina, endorfina y encefalina, mejor conocidas como «hormonas de la felicidad»,  produciendo sensaciones de bienestar, al actuar como neurotransmisores en nuestro cerebro». ¿Dónde y cómo hacer ejercicios? Precisa que es importante identificar las actividades o deportes que nos gustan, disfrutar cada minuto y estar conscientes porqué y para qué lo hacemos. «Para mantener las medidas de bioseguridad, recomiendo ejercitarse al aire libre, donde se respire aire puro y se transmita paz al entrar en contacto con la naturaleza. Entrenar es darte un regalo de amor propio y si lo hacemos con una buena compañía que nos motive los beneficios, serán más eficaces». ¿Existen estudios que comprueben los beneficios del ejercicio y las enfermedades mentales? La respuesta de la psicóloga es categórica. «Sí, de hecho, lo afirma la Asociación Americana de Psicología (APA-American Psychological Association). La relación entre el ejercicio y el estrés no es tan sólo “una simple cuestión de que más norepinefrina equivale a menos estrés y ansiedad y, consecuentemente, menor depresión”. Precisa que desde la APA, postulan que la actividad física evita la aparición de depresión y ansiedad, al mejorar la capacidad del cuerpo para responder al estrés. Destaca que «en esta época de pandemia la actividad física permite a padres e hijos mantenerse activos gastando energías acumuladas que generan ansiedad, e incluso ejercitarse juntos mejora la convivencia», sentencia la psicóloga.

Redes sociales: detonante de ansiedad y depresión

Redes sociales: detonante de ansiedad y depresión El impacto de las plataformas digitales para la interacción humana, muchas veces conlleva consecuencias en el plano psicológico. La autoestima sucumbe a la idealización y a la falsa realidad que desde las redes sociales se bombardea a diario. La ansiedad y la depresión encuentran un nicho. Por @KeilaCaridad – Team Psicovivir Ante el consumo desmedido de uso de las redes sociales, decidimos retratar las aristas psicológicas detrás de los likes, comentarios y seguidores. Estos espacios digitales atraen la atención de niños, jóvenes, adolescentes y adultos, todos son bombardeados por contenidos de disímil calidad y veracidad. Muchos de los usuarios encuentran en las redes sociales un lugar donde entablar relaciones. Hacen contacto con un mundo sesgado, donde mucho de los que se comparte es falso o carece de verdadero provecho. Redes sociales desde el tamiz psicológico A pesar de todos estas alertas, la adicción a las RRSS se hace presente, contribuyendo en buena medida con la alteración de la salud emocional: la ansiedad y la depresión alcanzan a la gente, según la psicóloga Jenny Pontón, especialista del Team Psicovivir. ¿De qué manera puede afectar el uso de redes sociales nuestra salud mental? Muchas veces nos enfocamos en escapar de nuestra realidad viviendo anhelos e idealizaciones que pertenecen a la vida de otro, cuando ciertamente no tenemos ni siquiera evidencia de que sean reales. En este sentido, una red social sí puede afectar nuestra autoestima, cuando comparamos nuestra vida con la de los demás, cuando no estamos en el aquí y el ahora, cuando anhelamos cosas que no tenemos y que estamos haciendo hasta lo imposible por tener, de manera obsesiva, para encajar en el grupo, para ser aceptados. Pero la misma idea de quererlo tener y verlo difícil, nos hace deprimirnos y la depresión va a hacer que no queramos levantarnos, que nos sintamos con mucho peso encima, entonces no nos motivamos a hacer las cosas. ¿Qué recomienda entonces para evitar ansiedad y depresión por el uso de las RRSS? Mi recomendación es que usemos las redes sociales como inspiración, para guiarnos respecto a un modelo de algo que yo quisiera llegar a ser o tener una base por dónde empezar. Lo ideal es que podamos ver las redes sociales de una manera más real, más racional y las usemos de una manera adecuada, resguardando nuestra autoestima, fortaleciéndola, para evitar caer en trastornos de ansiedad o en depresión. ¿Qué podemos hacer en caso de  adicción a las redes sociales? Toda adicción genera placer y por eso sentimos la necesidad de repetir el comportamiento. Lo mismo ocurre con el uso desmedido de las redes sociales. Evidentemente para detener esa adicción necesitamos enfocarnos en otras actividades. Encontrar otras fuentes de disfrute personal, cultivar alguna afición. Prestar atención al tiempo de uso de las redes y regularlo. Evitar ir inmediatamente a revisar el celular al despertar. Usar nuestro tiempo libre para otras cosas como ver leer, dar un paseo, hablar con amigos, disfrutar en familia. ¿De qué manera afectan las redes sociales a las personas? De dos maneras, especialmente. Ante noticias muy negativas que nos generan ansiedad, angustia y miedo, pensando que eso nos puede suceder o que el mundo es un caos. Por otro lado, está el ver a personas extremadamente felices, parejas que se aman y tienen relaciones «perfectas», con mujeres y hombres de belleza exageradamente estereotipada, con estilos de vida millonarios que lo que hacen es hacerte sentir que fracasas, porque comparas su vida con la tuya. ¿Qué podemos hacer ante una situación de ansiedad o depresión causada por uso y abuso de las redes sociales? Primero que nada, vivir en consciencia plena, aplicar una actividad a nuestra vida diaria donde podríamos estar más aquí en el ahora, en lo que tenemos, y aceptar vivirlo como deberíamos. Estar aquí en el ahora nos ayuda muchísimo a enfrentar lo que está sucediendo y a disfrutar lo que tienes. PSIC. JENNY PONTÓN Por otro lado, la ansiedad o la depresión al afectar nuestra vida personal, nuestra relación de pareja, nuestra funcionalidad, alimentación, higiene de sueño, nos obliga a buscar ayuda terapéutica. En este caso, la terapia cognitiva conductual es muy efectiva para trabajar en situaciones actuales que nos perturban y que generalmente son irreales. Enfocar los pensamientos de manera racional nos fortalece mucho, ya que como pensamos nos vamos a sentir y como nos sentimos vamos a actuar.

¡Cuidado con el gaslighting! Una peligrosa forma de abuso emocional

abuso emocional

¡Cuidado con el gaslighting! Una peligrosa forma de abuso emocional La persona que cae presa de alguien que aplique este tipo de abuso, suele sentirse ansiosa, confundida o incluso depresiva. En este artículo abordamos los detalles psicológicos del gaslighting y la mejor manera de prevenirlo. El gaslighting es abuso emocional y aquí te ayudaremos a identificarlo y a contrarrestarlo. Por @AlondraValen, #TeamPsicovivir Existen diversas formas de manipulación psicológica. El gaslighting es una de ellas: al punto de hacer que la víctima dude de su propio criterio. El gaslighting es un patrón de abuso emocional en la que la víctima es manipulada para que llegue a dudar de su propia percepción, juicio o memoria. Muchas veces no nos damos cuenta de lo que está sucediendo en nuestro alrededor, dejamos que las cosas pasen y sin retorno seguimos dejando que sucedan. El abuso verbal y psicológico hiere tan profundamente que las personas no pueden ver a simple vista el dolor emocional de quien lo padece. Es allí donde tú debes valorarte y decir que esto no está bien y debes buscar ayuda para salir de ese problema porque puede acarrear consecuencias lamentables. Así lo expresa la especialista del Team Psicovivir, Alys Trejo. ¿En qué consiste el gasligthing?   El gaslighting como fenómeno psicológico es una forma de abuso emocional que ejerce un persona sobre otra. Puede estar ligado a parejas propiamente. Es más frecuente que en las estadísticas se vea un índice más alto sobre la mujer, sin embargo, los hombres también pueden ser víctimas de este abuso. Este abuso psicológico hace que la víctima llegue a cuestionar su propia percepción de la realidad, su propia memoria y salud mental. Es tanta la manipulación que se ejerce que duda de estas situaciones. ¿De dónde proviene el término gasligthing? Viene de la película clásica de Hollywood llamada «Gaslight«, en la que un hombre manipula a su mujer para que crea que está loca y así robar su fortuna escondida. Él esconde objetos (cuadros, joyas) haciéndole creer a su esposa que ella ha sido la responsable, aunque no se acuerde. También atenúa la luz de gas (no había electricidad) y le hace creer que el fuego sigue brillando en la misma intensidad que antes. Este fenómeno siempre ha estado en nosotros, pero como no es visible como sí lo es la violencia física, suele pasar inadvertido. Actualmente en esta época se ve más realzado este tipo de conductas, antes se normalizaba, sobre todo en sociedades machistas, y no lo veían como realmente es, un abuso. Las tres etapas del gasligthing Idealización: Lo encontramos desde la posición de la víctima. Esta se siente muy valorada por la otra persona. El abusador en la primera etapa la hace sentir perfecta, y la víctima pierde la cabeza, se siente realmente feliz. Devaluación: Es donde la víctima pasa de ser idealizada y «perfecta» a ser «lo peor», incluso a ser tildada de «incapaz.» Queda totalmente desorientada e intenta por todos los medios regresar a la primera etapa, la idealización. Descarte: El abusador la descarta, la deja caer. La persona abusada se sumerge en el hueco de la confusión y la desesperación para luego volver a ir a la primera etapa y cumplir con el círculo de abuso. Cómo darse cuenta de que alguien sufre de este abuso Es muy difícil que la persona que es abusada y manipulada, ya que no cree en sí mismo, pueda salir de este abuso. En este sentido, es importante que las personas que están a su alrededor puedan ver ciertas características en las personas que están sufriendo de este fenómeno. Muestran inseguridad en sus ideas y en sus acciones. Preguntan mucho si son demasiado sensibles. Siempre se están disculpando por ser como son. Se preguntan cómo es la felicidad, cómo es estar bien. Se aíslan de su círculo, ofreciendo excusas para evadir y justificar u ocultar lo que están padeciendo. Ocultan información del abusador para que nadie sepa lo que está sucediendo. ¿Qué se puede hacer en esta situación? Desde el punto de vista de la víctima: Confiar en ese sentimiento de que algo no está bien, porque sabes que algo de lo que el abusador te está diciendo no te encaja, sientes que no es real. La psicóloga Alys Trejo recomienda «Confiar en eso para que puedas ver que algo no está bien, es donde tu propia percepción te está haciendo entender que el problema no eres necesariamente tú, sino el abusador». No intentar convencer el abusador de que algo está mal, no buscar su aprobación, es suficiente con que la víctima de abuso sepa que algo está mal para salir y pedir ayuda.  «Es importante que sepas y recuerdes que eres una persona independiente, que tienes tu forma de pensar y ser y que esos pensamientos son válidos. También estar consciente de que tiene valores como para poder enfrentar los problemas, para sacar la verdad y no caer en falsos testimonios si sabes que alguien te está mintiendo o manipulando». Presta atención a las señales y acciona a tu favor La especialista en psicología anima a la víctima de este tipo de abuso a romper el silencio y buscar ayuda, «Primeramente, en las personas que tengas cercanas, tus amigos, tu familia, para poder romper el silencio que te está haciendo dudar y así poder expresar lo que estás sintiendo». El gaslighting puede detonar en ansiedad, depresión y hasta en suicidio. Psic. ALYS TREJO Si conoces a alguien que esté padeciendo abuso emocional, haz lo posible por entender que la situación se escapa de las manos de la víctima. Hazle ver que el problema no es ella si no el abusador que está mal y hay que detenerlo. Bríndale apoyo como amigo o como familia cuando la persona decida hacerlo. La psicoterapia siempre será una buena opción para manejar este tipo de abusos emocionales.

Sentirse estancado: ¿un vacío experiencial o emocional?

Sentirse estancado: ¿un vacío experiencial o emocional? El estancamiento podemos definirlo como el estado en el que nada pasa, todo es igual, no hay nada nuevo. Venimos de meses de encierro y monotonía que, si bien nos reformularon muchos aspectos de la vida, en muchos otros sentidos nos detuvieron, de salir, de conocer, de avanzar, de vivir cosas nuevas, de emocionarnos. Aquí te explicamos los impases emocionales denominados anhedonia y abulia. Por: Psic. Génesis Romero – Team Psicovivir Es normal entonces que con la pandemia del Covid 19 hayan aumentado significativamente los casos de depresión, ansiedad y otras enfermedades mentales. Muchos nos sentimos estancados. El encierro, si bien sirvió de mucho y nos protegió; a muchos de nosotros nos obligó a buscar cada vez más formas de distraer la mente, y en casos más difíciles, esa distracción no era precisamente para entretener sino para sobrevivir. Buscar trabajo, sustento, ver qué hacer para salir adelante de todo esto. Literalmente nos estancamos de forma colectiva, pero muchos también se quedaron ahí, en esa monotonía de «da lo mismo hoy que mañana, igual no pasa nada» igual no consigo trabajo, igual mi empresa está detenida, igual estoy con los niños en clase virtual, igual hay que hacer lo mismo de siempre. Ya nada te llena, nada te es emocionante ni innovador. Primero estabas estancado experiencialmente porque no pasaba nada nuevo en tu vida y ahora estás estancado emocionalmente porque no te permites sentir más allá de lo mismo. Aburrido, cansado, vacío, sin propósitos. Revisemos algunos términos que hacen referencia a esa sensación de estancamiento. La Anhedonia es la dificultad para experimentar placer o emociones positivas y la Abulia es la falta de motivación para realizar tareas cotidianas. ¿Las ves en ambas situaciones? En lo experiencial dejaste de vivir cosas nuevas o emocionantes, el cambio fue abrupto, y ahora simplemente no te permites experimentarlas de nuevo, si ya antes no pasaban ahora menos porque no les damos cabida. “Ya no es que no pasen cosas, ahora pasan, pero yo me siento igual que antes. Estancado”. Ambos, la anhedonia y la abulia, son característicos de la depresión, por mencionar el trastorno más común. Ahora bien, cuando ya no se trata de la experiencia, cuando ya estamos ante posibilidades nuevas y necesitamos avanzar, movilizar la energía: Sentirse estancado: ¿Cómo combatir esa emocionalidad que no te permite vivir a plenitud? Propiciando actividades nuevas y emocionantes: ejercita la imaginación, piensa en aquello que te puede hacer sentir bien y hazlo. Focaliza las emociones positivas: apenas las sientas dales prioridad, analiza bien qué sientes y cómo llega a ti para permitirte sentirlas más seguido. Rodéate de gente proactiva, que te motive a avanzar. Muchas veces nuestro círculo de apoyo no es precisamente un empuje sino un ancla que nos deja en el mismo lugar, así que identifica quienes sí caminen contigo y aprovéchalos. Deja la queja a un lado. Todo no es lo mismo, solo lo experimentamos así por sentirnos estancados, pero si cambias la queja por acciones verás como no habrá más espacio para eso. Toma cartas en el asunto si ya has intentado todo lo anterior, asiste a psicoterapia para darte una perspectiva más amplia de lo que realmente necesitas y lo que debes hacer para salir de esa situación. Todos alguna vez en la vida nos hemos sentido estancados o alguna vez nos sentiremos así, lo importante es identificar cuándo te ocurra y no dejarlo pasar por alto. No le tengas miedo a los cambios lentos, ten miedo a quedarte inmóvil. Sobre la autora: Psic. Génesis Romero Caldera – venezolana – @psicgenesisromero. Egresada de la universidad Rafael Urdaneta, con experiencia clínica en la corriente psicoanalítica y en la terapia cognitivo conductual. Estudió psicoanálisis en la Nueva Escuela Lacaniana de Maracaibo y continúa actualizándose en Bogotá, Colombia.

Depresión: ¿Causa o consecuencia de una adicción?

#EspecialDepresión | Depresión: ¿Causa o consecuencia de una adicción?  El trastorno depresivo y las adicciones se han convertido en un problema de salud pública, perfilándose como unos de los principales detonantes en el deterioro de la calidad de vida de las personas.  Por la Psic. Alba García, #TeamPsicovivir Muchas son las inquietudes que existen en relación con el abuso de sustancias o adicciones y si ellas son la causa o consecuencia de una depresión escondida. Para responder a esta pregunta, se debe considerar lo siguiente: Si bien puede existir un “efecto, causa o consecuencia”, también ambos padecimientos pueden correlacionarse o hasta compartir síntomas durante el desarrollo de cada uno de ellos. Aunque los Trastornos del Estado de Ánimo pueden ser un riesgo para la posible aparición de adicciones, también es posible que personas adictas desarrollen tristeza, melancolía o sentimiento de culpa por la satisfacción de dichas adicciones. En este sentido, estudios demuestran que la depresión entre la población adicta a diversas sustancias es alta, siendo las mujeres; la parte poblacional más afectada. Durante el consumo de drogas, alcohol, medicación psicotrópica etc. o durante la vivencia del periodo de abstinencia se puede desarrollar un cuadro depresivo. Manual Diagnóstico y Estadística de Trastornos Psiquiátricos (DSMV) Para profundizar un poco más sobre este tema, revisamos algunos conceptos que podrán ayudarte a detectar ambos padecimientos de forma individual y en conjunto. ¿Cómo identificar una depresión? De acuerdo al Manual Diagnóstico y Estadística de Trastornos Psiquiátricos (DSMV), las personas con rasgos depresivos o depresión diagnosticada, sea o no inducida por sustancia, se caracterizan por presentar: Estado de ánimo deprimido durante la mayor parte del día. Poca energía. Disminución notable de interés en actividades placenteras. Dificultad para toma de decisiones. Experimentación de emociones negativas asociadas a sentimientos de desesperanza. Adicciones ¿Cómo reconocerlas? Las adicciones se caracterizan por conductas compulsivas que las personas realizan para calmar una necesidad psicofísica recurrente a través de la ingesta de una sustancia o la realización de un determinado comportamiento, por ejemplo adicciones al juego, internet, etc. Normalmente las adicciones se perciben como un impulso de satisfacer un deseo que no se puede controlar; llevando a episodios de abusos, intoxicación y síndrome de abstinencia antes, durante y después de la ingesta o ejecución de dicha conducta. ¿Se puede diferenciar la depresión convencional de una depresión asociada a una adicción? La respuesta es sí. Se ha determinado que la depresión asociada a adicción se caracteriza por un estado de malestar mantenido con ánimo apagado, irritabilidad, desesperanza y la sensación permanente de problemas psicofísicos. En el caso de la depresión convencional, existe un mayor estado de tristeza, acompañado de una imagen más pesimista y una desvaloración de sí mismo. Las personas con depresión convencional suelen sufrir incapacidad para el disfrute de actividades, desmotivándose, lo cual los lleva a un aislamiento social. En el caso del adicto depresivo se desarrolla una falta de placer, consecuencia de la melancolía y añoranza de vivir los efectos de la sustancia. Por último, los adictos depresivos; presentan ansiedad e impulsividad a diferencia de los depresivos convencionales quienes se muestran más desmotivados. Depresión y adicción hallan respuesta en la psicoterapia Es importante que ambas situaciones sean abordadas por un especialista que busque enfrentar en conjunto la depresión y la adicción, con la aplicación de un tratamiento para sanar el cuadro depresivo y conseguir la desintoxicación y deshabituación de la adicción. En Psicovivir Internacional contamos con un equipo especializado de psicológicos que pueden apoyarte con esta problemática ayudándote a alcanzar el bienestar psicoemocional que necesitas para superar este padecimiento. Sobre la autora: Alba Cecilia García – Venezolana – @psicoumbral Licenciada en Psicología. Comunicadora Social. Egresada de las Universidades Centroccidental Lisandro Alvarado y Universidad Fermín Toro (Venezuela). Actualmente radicada en Portugal. Formada en la estructura Cognitiva-Conductual, con experiencia en el abordaje e intervención de trastornos psicológicos clínicos.

PSICOLOGÍA | Prevenir el suicidio: presta atención a las señales de alerta

Hablar de suicidio siempre se ha sido considerado un tabú. El miedo nos paraliza cuando se asoma la posibilidad de esta acción. No saber qué hacer o cómo ayudar a las personas que se encuentran en este estado emocional forma parte de esos miedos. Conoce las señales verbales y no verbales que emiten quienes podrían estar en riesgo de atentar contra su vida.

Translate »