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Fobia al sexo: cuando la erotofobia te aleja del placer

Erotofobia miedo al sexo

Fobia al sexo: cuando la erotofobia te aleja del placer El sexo es uno de los mayores placeres que puede experimentar el ser humano, y es beneficioso no solamente a nivel físico, sino que favorecer el bienestar emocional. Sin embargo, algunas personas sufren un gran temor al sexo y a la sexualidad. Descubre aquí de qué se trata. Por @KeilaCaridad – Jefa de Redacción y Contenidos La erotofobia es un miedo irracional hacia todo aquello que tiene que ver con el sexo y la sexualidad. Es un trastorno complejo cuyos síntomas pueden variar de un individuo a otro ya que se trata de un miedo irracional y bien sabemos que muchas personas pueden padecerlo. Entrevistamos a la psicóloga María Fernanda Bolívar, del Team Psicovivir, quien nos explica las causas, síntomas y soluciones de esta fobia al sexo. Las fobias sexuales desde el punto de vista psicológico El sexo es uno de los mayores placeres de la vida, te aporta múltiples beneficios para tu salud, por ejemplo, te ayuda a reducir el estrés, mejorando tu estado de ánimo, aumenta la autoestima, refuerza tu sistema inmunológico, entre otros.  Sin embargo, algunas personas desarrollan un miedo irracional al sexo alcanzando unos niveles tan grandes que les produce cierto bloqueo y es ahí cuando podemos estar hablando de una fobia sexual. Este miedo afecta el deseo o la capacidad de una persona de tener relaciones sexuales, o impide por completo la capacidad de una persona para tener relaciones sexuales. La fobia sexual se puede desencadenar por diferentes causas Educación rígida y puritana: las creencias ortodoxas que vienen de una educación en donde se ve el sexo como algo negativo. Muchas veces detrás se esconde una historia familiar de represión sexual, provocando la aversión al sexo. Evento traumático: muchas veces la fobia al sexo nace de una experiencia desagradable, ya sea experimentando las primeras relaciones sexual o porque la persona ha sido abusada sexualmente. Búsqueda de la perfección en la vida sexual: hoy en día el marketing y la pornografía puede reforzar inseguridades en todas aquellas personas que aún no han experimentado su primera relación sexual, ya que se crea la idea irracional de que eso es lo que hay que hacer y con esa potencia y se sienten incapaces de llevarlo a la práctica. Disfunción sexual: el vaginismo o la dispareunia (coito doloroso). En algunos casos, la anorgasmia, la eyaculación precoz o la disfunción eréctil también pueden provocar una disminución del deseo o incluso una aversión al sexo. Factores psicológicos: tener una baja autoestima, sufrir ansiedad o depresión, un TOC, desarrollar expectativas irreales sobre la relación sexual o tener miedo a quedarse embarazada, son factores que puedes causar fobia al sexo. Tipos de fobias al sexo A menudo quienes sufren de fobia sexual, padecen de más de un miedo específico y en cada caso hay una gran variedad de síntomas y gravedad. Existen varios tipos de fobias sexuales, entre las más comunes encontramos: Coitofobia: es el miedo a mantener encuentros sexuales con penetración. Los individuos que presentan esta patología pueden iniciar relaciones románticas, disfrutar de actividades como besos o abrazos, pero sienten un gran temor a las relaciones sexuales y la penetración. Dispaurenia: en este caso la ansiedad se desata por el miedo al dolor que sienten las personas durante la penetración durante los encuentros sexuales. Vaginismo: los músculos del suelo pélvico se contraen automáticamente de tal forma que el conducto vaginal queda cerrado y se imposibilita el coito o la entrada de cualquier tipo de objeto en la vagina. Espermatofobia: es el miedo al semen, no solo en el coito, sino a cualquier contacto con él. Lo curioso es que también se da en hombres que llegan a sentirse incómodos con su propio semen. Gimnofobia:  es un miedo intenso e irracional, en este caso a la desnudez propia o ajena. Puede ser causada por algún complejo que la persona tenga con su cuerpo, o dependiendo de su personalidad, pero que con el tiempo se vuelve una reacción más exagerada. Síntomas de la erotofobia Ansiedad: ante la presencia del objeto o situación que causa la fobia o hacia los pensamientos o imágenes de éste, manifestándose a través de síntomas como el corazón acelerado, sudoración excesiva, tensión en los músculos, malestar estomacal y dolor de cabeza. Miedo exagerado hacia los objetos, situaciones y pensamientos relacionados con el sexo y la sexualidad. Evitar todo lo que tenga que ver con sexo. Desconcentración, desorientación. Rabia, frustración y tristeza, por presentar esta fobia. ¿Existe tratamiento para la fobia al sexo? El tratamiento más viable es la psicoterapia, ya que estamos hablando de un problema psicológico, en donde se trabajan las causas que generan el miedo irracional al sexo, la ansiedad y todas aquellas variables que influyen, como por ejemplo, la autoestima. Utilizar herramientas como la relajación guiada de Jacobson, técnicas de respiración y meditación son de gran ayuda para controlar los síntomas de la erotofobia. Recomendaciones de la especialista María Fernanda Bolívar Buscar ayuda psicológica, ya que lo más probable es que te genere vergüenza o miedo conversar con tu entorno al respecto. Buscar ayuda por internet o cualquier otro medio, podría ser contraproducente, ya que todos los seres humanos somos diferentes. Evita compararte con otras personas o grandes ideales. Educación sexual. Involucra en tu vida espacios de relajación. Comienza a crear tus propias creencias y conceptos en cuanto al sexo. Si tienes pareja, la comunicación y ser sincero con tus emociones va a fortalecer el apoyo.

Fibromialgia: Más allá del dolor

Fibromialgia

Fibromialgia: Más allá del dolor Una caricia, un simple roce, movernos o simplemente no hacer nada son cosas que a la mayor parte de las personas les parece agradable y placentero. Por lo general disfrutamos de las sensaciones que nos transmite nuestro cuerpo, a menos que nos causen algún tipo de molestia o dolor. Hablemos de fibromialgia con la psicóloga Paula Cadavid. Por @KeilaCaridad – Jefa de Redacción y Contenidos La fibromialgia es una conocida enfermedad que se caracteriza principalmente por la presencia de un constante dolor músculo-esquelético repartido por todo el organismo. Este dolor es difuso y no específico y tiene una gran duración. En esta oportunidad entrevistamos a la psicóloga Paula Cadavid, especialista del Team Psicovivir, para saber sobre esta enfermedad que pueden estar pasando muchas personas. Aquí encontrarás la respuesta desde el punto de vista psicológico. ¿A qué se debe la fibromialgia? Es un padecimiento que la persona vive por medio de un dolor, que se caracteriza por ser constante y que se propaga por todo el cuerpo. Esto sucede por la forma en la que los cerebros, junto con la medula espinal, procesan las señales de dolor y de no dolor en el organismo. La fibromialgia se puede desencadenar cuando la persona ha vivido un impacto que involucre traumatismo físico  o un evento que haya generado un estrés emocional muy fuerte, generando un impacto psicológico significativo. Existen casos en los que no existe una situación puntual para que se desencadene la fibromialgia. Síntomas de la fibromialgia Dolor en la espalda y el cuello Espasmos musculares Sensibilidad muscular Fatiga, sensación de cansancio y malestar Hormigueo o sensibilidad al dolor Estreñimiento Nauseas Exceso de gases Irritabilidad Dolores de cabeza Dificulta para dormir o incluso llegar hasta el trastorno del sueño Nerviosismo Alteración en la estabilidad emocional Ansiedad Depresión Dificultad para concentrarse Estudios indican que las mujeres tienen 7 veces menos serotonina en el cerebro, lo cual explica una de las razones por las cuales la fibromialgia tiende a presentarse más en mujeres que hombres. ¿Está vinculada a otras enfermedades? Otras teorías indican que la fibromialgia puede ser causada a raíz de cambios bioquímicos en el cuerpo, relacionándolo, por ejemplo, con cambios hormonales o la menopausia. Factores que desencadenan la fibromialgia Acontecimientos emocionales o físicos: Puede desencadenarse desde un evento que genera demasiado estrés y no se puede controlar hasta llegar al punto de convertirse en enfermedad, o un acontecimiento físico como un accidente o situación que genere una implicación física en su impacto. Por herencia:  Por lo general la fibromialgia puede ser hereditaria debido a mutaciones genéticas en organismos que pueden estar más expuestos a su desarrollo. Infecciones: Existen enfermedades que con el tiempo pueden desatar y complicar los síntomas de la fibromialgia. Tips para sobrellevar la fibromialgia Hacer ejercicios es una clave básica. Dentro de las actividades sugeridas están: nadar, caminar, realizar hidro aeróbicos, meditación y ciclismo. Recomendaciones de la especialista Paula Cadavid Cuando no se encuentra la causa y a los pacientes se les diagnostica fibromialgia, ellos entran en negación, les cuesta reconocer esta condición y pueden sentir miedo frente a lo desconocido, puesto que este diagnóstico tiende a no tener explicación y cura. «En este caso el acompañamiento psicológico más que importante es esencial, primero porque te acompañamos y psico educamos con respecto a los aspectos que desencadenan el dolor, posibles consecuencias, precauciones a tener en cuenta para cuidar tu salud emocional, mental y física, buscando siempre aportar desde nuestra experiencia la mejora a tu calidad de vida». En sí es un abordaje integral porque no solo empatiza con tus sentimientos, sino que también, te brinda las herramientas para asumir de la mejor forma y actitud la vivencia que estás teniendo, expresa la psicóloga Paula Marcela Cadavid.

Nueve señales de estar sufriendo Trastorno Delirante

TRASTORNO DELIRANTE

Nueve señales de estar sufriendo Trastorno Delirante El trastorno delirante es un desorden psicológico también conocido como psicosis paranoica. Se caracteriza por la presencia de delirios o creencias extrañas, pero sin que aparezcan otros síntomas más graves. Por @KeilaCaridad – Jefa de Redacción y Contenidos Los delirios suelen ser uno solo, o bien varios, pero relacionados entre sí y muy consistentes. Todos estos delirios generan una misma idea paralela que es la que cobra fuerza y se mantiene en el tiempo. También conocido como Trastorno Delirante, puede llegar a prolongarse durante periodos prolongados, o incluso a lo largo de toda la vida del paciente. El especialista Esmelin Graterol nos explica que el paciente, aún teniendo delirios, no padece de esquizofrenia ni de alucinaciones significativas. ¿A qué se debe el Trastorno Delirante? En principio, las causas de este desorden son desconocidas. Sin embargo, al igual que en otros trastornos, se cree que pueden existir factores genéticos, fisiológicos y ambientales. También parece que tienen importancia otros factores como pueden ser el aislamiento social, abuso de sustancias, estrés, estatus socioeconómico. Este trastorno puede desarrollarse a cualquier edad; sin embargo, suele presentarse ya en la etapa adulta, o incluso en una edad ya avanzada del paciente. También se ha demostrado la existencia de una cierta relación entre el trastorno delirante y circunstancias biográficas del paciente; así, por ejemplo, sería normal que alguien que sufriese sobrepeso en la infancia desarrollase una idea de una deformidad física. Principales síntomas del Trastorno Delirante: las 9 señales Las personas con este desorden suelen desempeñarse bien en su vida cotidiana, no resultando incapacitadas por el mismo. Al principio, estos delirios suelen pasar desapercibidos para sus allegados, ya que no se manifiestan de manera expresa. Es con el paso del tiempo que el comportamiento de los pacientes va volviéndose gradualmente más extravagante, manifestándose en algunos de los siguientes síntomas: Presencia de una idea o creencia fuertemente asentada, con total convicción. Frecuentemente el paciente guarda secreto si le preguntan sobre su delirio, o sospecha de quien le pregunta. Esa idea está totalmente presente en la vida del individuo, hasta condicionarla de manera severa. El delirio del paciente ocupa una gran parte de su tiempo. El delirio ocupa un lugar central en su vida, esto es, prácticamente todo lo que le sucede al paciente lo relaciona con esa idea. La idea o delirio del paciente es extravagante o muy improbable. Falta de humor o hipersensibilidad del paciente en todo lo referente a su delirio. Reacción irritable o agresiva del paciente cuando se cuestiona si el delirio es real. El delirio suele terminar por desarrollar actitudes y comportamientos extravagantes en el paciente. Cómo tratar el Trastorno Delirante Este tipo de desorden se considera difícil de tratar, y frecuentemente resulta necesario combinar un tratamiento farmacológico y psicoterapéutico. Muchas veces, el paciente está tan firmemente convencido de sus delirios que se niega en rotundo a buscar ayuda. En cuanto a la psicoterapia, el enfoque más efectivo es la intervención cognitivo-conductual; esta tiene por fin último no tanto el control de los síntomas, sino sobre todo evitar recaídas posteriores. Bajo la mirada del especialista Dado que las personas con trastorno delirante a menudo pueden continuar su vida funcionando normalmente, independientemente del tema de sus delirios, y generalmente no se comportan de una manera rara o extraña, hace difícil el poder hacer recomendaciones directamente a ellos. «Porque a diferencia de otras enfermedades, en estas ideas delirantes no hay una certeza en la persona que lo padece, no permitirá tanto abordaje, sin embargo, a menudo, al pasar el tiempo, se suelen impactar más la vida de quien sufre de estos delirios». La recomendación del especialista Esmelin Graterol se enfoca más más hacia el familiar. «Si hay una buena comunicación en los miembros de la familia, se pueden estar atentos a las señales de alarma». Así, por ejemplo, un hijo que se preocupa mucho por su peso, cada vez me habla menos de eso, ahora se tapa, se cubre, son señales que hay que tomar en cuenta. «La recomendación es que se fomente la buena comunicación para poder entenderlo y darse cuenta cuando todo empieza a ser diferente y a prender las alarmas».

Codependencia afectiva en la pareja: cuando el amor ata

codependencia afectiva

Codependencia afectiva en la pareja: cuando el amor ata La codependencia afectiva tiene en común con las otras dependencias emocionales, el hecho de que la persona renuncia a todas sus necesidades y deseos (ya sea porque los esconde o los niega) hasta que estructura un «yo falso» sustentado en una vida que no responde verdaderamente a sus motivaciones y necesidades. Por @KeilaCaridad – Jefa de Redacción y Contenidos En la codependencia  afectiva, la persona pone la relación por encima de otras prioridades e inclusive, por encima de sí misma. Podríamos definirla como una especie de idealización o idolatría. Una característica curiosa de las personas que sufren este problema es que generalmente buscan parejas o una compañía dominante, con actitudes egoístas, llegando a ser en ocasiones posesivas o desconsideradas. Para saber más sobre la codependencia emocional desde el punto de vista psicológico y por qué sucede, entrevistamos a la psicóloga Alba García, miembro del Team Psicovivir. Una definición: ¿Qué es la codependencia afectiva? La codependencia afectiva es una condición psicológica en la cual una persona que está dentro de una relación termina por asumir de forma inconsciente el rol de salvador. «Es un aliado inconsciente de la condición del dependiente emocional, asumido a través de pareja e incluso, de una relación de amistad o familiar. También puede darse bajo condiciones de una adicción». Normalmente hay una complicidad involuntaria por parte del codependiente que, de una u otra forma, mantiene el síntoma de la persona dependiente emocional. ¿Por qué se manifiesta la codependencia afectiva? Para que una codependencia se manifieste tiene que existir una relación, ya sea de trabajo, familiar, amorosa o de amistad, y se tiende a manifestar porque en esa relación existe una persona con características dependientes. Una persona en la cual ese codependiente centra su tiempo  para asumir el rol de rescatista, incluso es capaz de dejar su dinero para resolver los problemas del otro, y normalmente esta persona de una u otra forma siempre está lista para ayudarlo. PSIC. ALBA GARCÍA Principales síntomas de la codependencia afectiva Tender a pensar en los demás, en el bienestar que pueda conseguir esa persona sin tomar en cuenta las propias necesidades. Sentirse responsable de forma exagerada por lo que hace el otro. Tener un concepto bastante distorsionado de qué es el amor, en el sentido de que confunden el amor con el hecho de rescatar. Son personas que buscan involucrarse con individuos que tengan problemas psicológicos o que los vean vulnerables. Buscar volverse indispensables para la persona. Cuando la persona dependiente empieza a salir de esa zona, el codependiente se hace la víctima y toma una posición manipuladora. Demuestran mucha necesidad de aprobación del otro. Causas probables La especialista Alba García precisa que la dependencia puede ser causada por diferentes situaciones, por ejemplo, podría darse en esas personas que tienen baja autoestima, falta de autoconfianza en sí mismas y, en ocasiones, son individuos que sienten que su vida no tiene ningún sentido como tal. Normalmente suelen asumir el rol de codependencia y buscan personas dependientes para poder satisfacer sus roles y no tener que centrarse en sus propias necesidades. PSIC. ALBA GARCÍA Los codependientes son bastantes sensibles a la crítica, además tienen una tendencia a asumir roles de cuidadores, o han asumido roles de cuidadores en la infancia. «Son de esas personas que vienen desde familias en donde de alguna forma tuvieron que asumir el rol de cuidador, de padre o madre cuando eran hijos, y ahora vienen a experimentar en sus relaciones de adulto el mismo patrón». ¿Qué se puede hacer ante esta situación de codependencia emocional? Lo primero que recomienda García es «mostrar al codependiente que realmente el no está trabajando en función del bienestar del otro, porque lo hace desde la posición de «quiero el bienestar de la persona que está siendo dependiente», entonces, de que él sea capaz de identificar que lo que está haciendo no está ayudando a esta persona». Se trata de hacerle ver que está asumiendo un rol que, de alguna forma, sostiene el síntoma en la otra persona. «Este es el primer paso para que la persona se pueda ver en el rol de dependiente y, sobre todo, comience a crear sus propias necesidades». ¿Cómo se logra romper este círculo de codependencia? Hay que romper el ciclo de codependencia. Identificar sus características y sus roles en la relación. Demostrar cómo el rol se mantiene si no cambian la situación de dependencia afectiva. Buscar ayuda terapéutica, ya sea terapia de pareja o terapia individual. Recomendaciones de la especialista ante la codependencia Lo primero y fundamental es mejorar el cuidado de la persona, es decir, «la persona que tiene codependencia una vez que ya reconoce que está en esa situación, es necesario que se haga capaz de ver cómo su vida  se ha tornado o se ha concentrado en las necesidades del otro, descuidando sus propias necesidades o no sabiendo cuáles son sus requerimientos individuales». Se trata entonces de comenzar a encontrar lo que la persona necesita para poder sentirse satisfecho consigo mismo, sin tener que volcarse a otra persona de manera dependiente, sino como sujeto principal dentro de su propia vida.

Cómo afecta la ansiedad al cerebro

Ansiedad y cerebro

Cómo afecta la ansiedad al cerebro La ansiedad es una respuesta normal ante situaciones que encierran cierto grado de incertidumbre. Cuando traspasa ese umbral de normalidad, se convierte en un problema de salud mental que requiere atención especializada. Exploramos más cómo afecta la ansiedad en el cerebro. Por @KeilaCaridad – Editora Psicovivir News En algunos casos, la ansiedad puede considerarse como un mecanismo adaptativo. Sin embargo, cuando pasa de ser un estado momentáneo a un trastorno permanente, comienzan a notarse los efectos de la ansiedad en nuestro cerebro. Revisamos a fondo estas premisas sobre ansiedad e impacto en el cerebro, con el apoyo del psicólogo Dany Pérez, especialista en Psicovivir Internacional. Los efectos de la ansiedad La ansiedad es una respuesta ante determinadas situaciones en la que se puede percibir cierto peligro o que son de carácter desconocido para nosotros. Pérez explica que «esta respuesta puede ser adaptativa y puede ayudar a un individuo a adaptarse a ciertos entornos o circunstancias y, a su vez, a asumir retos». Destaca que el problema se presenta cuando la respuesta ansiosa es desmedida al estímulo, se mantiene en el tiempo y se generaliza mediante otros estímulos o situaciones. «Es cuando no se logra discriminar adecuadamente peligros o amenazas reales, generando entonces problemas en diferentes sistemas del organismo humano, entre ellos, el cerebro». ¿La ansiedad se puede prevenir? «La ansiedad es una respuesta que va a estar presente en muchos aspectos de la vida y, en determinadas situaciones, es funcional y adaptativa». Lo que se busca es prevenir la respuesta mal adaptativa. Hay herramientas para esto, desde técnicas de relajación y respiración que son por excelencia muy recomendadas y utilizadas. «Estas técnicas permiten abordar el síntoma fisiológico de la ansiedad y enviar una señal de tranquilidad a nuestro cerebro». Psic. Dany pérez Otras formas de prevenir la ansiedad apuntan hacia hábitos sanos: hacer actividad física y disminuir el consumo de sustancias como cafeína o teína. «También se puede lograr prevenir la respuesta mal adaptativa de la ansiedad, mediante el uso de recursos cognitivos como el análisis profundo de determinadas situaciones, para tener certeza de qué tan objetivos, funcionales y adaptados a la realidad son». La educación emocional también genera la capacidad para reconocer mejor las emociones y sus matices, y promueve mayor tolerancia hacia el malestar emocional. ¿Cómo impacta la ansiedad en el cerebro? «Cuando se sufre de ansiedad sostenida, el cerebro empieza a funcionar en base a estar siempre expuesto al peligro, a una situación amenazante inminente». El psicólogo del Team Psicovivir precisa que «la ansiedad afecta el cerebro directamente en el hipotálamo, la ínsula, el cuerpo estriado ventral, entre otras». De igual manera empiezan a trabajar en mayor medida, los neurotransmisores y las hormonas como el cortisol, la adrenalina y la norepinefrina. ¿Cuáles son los efectos en el cerebro para las personas que sufren de ansiedad? «Cuando la ansiedad se vuelve crónica, trae consigo una cantidad importante de efectos nocivos para el cerebro. La constante elaboración de sustancias químicas y la sobre activación de algunas estructuras del cerebro pueden producir problemas en la memoria a corto y largo plazo». También afecta la corteza pre frontal y el hipocampo, responsables, entre otras funciones, de regular respuestas emocionales. «Al estar afectadas estas áreas, no hay una regulación emocional adecuada, por lo que no se logra desactivar la reacción ansiógena». Otro aspecto importante es la hiperactividad de la amígdala, lo que genera dificultad para discriminar cuando un estímulo es realmente amenazante  o no, provocando así que se generalice y se perciban situaciones amenazantes donde realmente no las hay, o que se maximice la amenaza. «La segregación constante de cortisol afecta la neuroplasticidad, lo que estaría impactando la capacidad del cerebro para a cambiar y adaptarse a una nueva experiencia». Hay estudios que indican que los estados sostenidos y crónicos de ansiedad pueden estar relacionados con algunos deterioros cognitivos leves y, a su vez, con desórdenes psicopatológicos como depresión, algunas fobias específicas y enfermedades neurodegenerativas. Recomendaciones para las personas que sufren de ansiedad Evalúa bien en la situación en la que estás y de qué manera te está afectando en el hecho de sentirte ansioso. Observa con qué frecuencia se presenta la ansiedad y ante qué situaciones. Toma en cuenta si la ansiedad es puntual o se ha ido generalizando. Esto te ayudará a identificar el disparador o no. Realiza ejercicios de respiración y relajación. Dale una pausa al cuerpo y de esta manera abordas el síntoma físico. El puro razonamiento no va a generar en sí un estado de calma. PSIC. DANY PÉREZ Revisa tus hábitos de alimentación, ejercicio, trabajo, sueño, recreación. El buen funcionamiento en diferentes áreas de tu vida te va a servir para hacerle frente a la ansiedad. En caso de que el estado ansiedad se vuelva crónico y sostenido, y esté afectando tu desempeño en los diferentes entornos de tu rutina diaria, busca ayuda profesional.

Madres al borde del colapso: la factura psicológica de la pandemia

madre

Madres al borde del colapso: la factura psicológica de la pandemia  Fusionar en un mismo espacio varios roles, sin dudas, ha trastocado la emocionalidad de muchas mujeres con hijos y responsabilidades laborales. Aquí te cuento mi propia historia, esa que habla sobre el desafío físico y psicológico de ser madres, esposas y empleadas, en tiempos de pandemia. Por @KeilaCaridad – Editora Psicovivir News Las mujeres siempre hemos demostrado esa capacidad de ser multitasking, entendiendo el término como esa habilidad para atender múltiples roles y desempeñar tareas diversas. Con la llegada de la pandemia y la imposición sanitaria de la cuarentena, muchas madres tuvimos que mudar la oficina a la casa, fusionando en el mismo tiempo y espacio lo que hasta hace poco estaba organizado mediante una agenda cotidiana no menos fuerte, pero sí más llevadera, por las razones mencionadas. En mi caso, ser ama de casa, madre, esposa y profesional, a tiempo completo y en el mismo lugar, ha sumado a mi vida una dosis extra de tensión, agotamiento excesivo y ansiedad, mucha ansiedad. Algo había que hacer para no desmayar en este reto. El colapso psicológico de ser madre, esposa y profesional La salud mental de las que somos madres, podría estar llevándose la peor parte en esta historia de pandemia. Nos sentimos ahogadas por extenuantes jornadas de teletrabajo en casa, con niños que cuidar, sin ningún tipo de apoyo externo, como lo era el colegio. Algunas, por fortuna, contamos con esposos totalmente integrados a las labores domésticas y a la crianza. No todas tienen a un Juvenal en su vida. Gracias, mi amor. El día a día supone un esfuerzo tan titánico que es comprensible que nos sintamos agotadas, prácticamente al borde del colapso nervioso. Pensando en las mujeres que están en las mismas condiciones que yo, decidí conversar con la especialista Samanta Bigatti, psicóloga del Team Psicovivir, quien aparte de hablar desde el punto de vista psicológico, también es madre y esposa y sabe exactamente lo que estamos atravesando. Las madres ¿Todo lo pueden? Desde que socialmente empezamos a decir que las madres lo podemos todo, e incluso llegamos a afirmar que somos las responsables de llevar hacia adelante el hogar, estamos de alguna manera validando que somos las que debemos resolver todas las responsabilidades al mismo tiempo. Esto no es así. O no debería ser así. Pretender hacerse cargo de todo es el punto de partida para llegar inevitablemente a un colapso. Toca sincerarnos. Necesitamos ayuda. De nuestra pareja, de otros familiares, del sistema en sí, tanto escolar como laboral. La pandemia impone una anormalidad en muchos sentidos. Esa es una verdad capital. Aplastadas por el peso de las obligaciones Para la psicóloga Samanta Bigatti «ningún ser humano puede hacerse cargo solo de todo y de todos sin caer en desbordes psicológicos y físicos. Partiendo de esta perspectiva, nos toca mirar las responsabilidades familiares de forma integral, donde mamá y papá son corresponsables». Nos toca hacer una organización equitativa como clave para cuidar la salud mental de todos en casa, grande y niños.  Precisa que la cuarentena rompe con la calidez de contacto con espacios que favorezca la armonía familiar: «Con estos espacios hacemos referencia a la casa, los clubes, el colegio, los sitios de encuentro con amigos, entre otros». Será clave una vez más dividirse los quehaceres, por ejemplo, mientras mamá hace la cena, papá colabora con el hijo a hacer la tarea, mientras el hermano mayor va poniendo la mesa para cenar. PSIC. SAMANTA BIGATTI Generar una dinámica familiar de equipo donde todos, respetando sus posibilidades por edad, hagan actividades, hará que mamá salga del lugar absurdo de tener que aplastarse psicológicamente para que la familia funcione. Cumplir con todo, sin morir en el intento, pasa por fijar límites Coincidimos en la necesidad de organizar el horario y manejar una agenda que compagine todas las responsabilidades hogareñas, escolares y laborales. Para Bigatti, las mujeres que están en colapso sin saber a dónde ir, tenemos la opción de buscar apoyo en la consulta psicológica para averiguar la sintomatología y así tener una verdadera oportunidad de «establecer un proceso hacia dentro, para poder cubrir cuáles son las razones que nos llevaron a no contar con la herramienta de poder poner límites e integrar el aspecto maternal y familiar con la vida laboral». Expone que «tradicionalmente y socialmente a la mujer se le da una lectura de que puede hacer todo al mismo tiempo y, por suerte, hoy en día tenemos la oportunidad de ir generando un cambio más equitativo en los roles maternales y paternales, viendo a la familia de una manera funcional, donde todos puedan gozar de una buena salud mental». Qué hacer y qué no hacer: el dilema de muchas madres Evitemos llegar a los extremos. Somos poderosas, sí, pero también somos vulnerables. Necesitamos ayuda. ¿Por qué no pedirla? Entendamos que en la organización de la familia de una manera que se piense en todos y no solamente en uno, será suficiente para no caer en ningún tipo de colapso físico y psicológico. Conversemos con nuestra pareja, que seguramente también tiene otras responsabilidades. Entre ambos, podemos llegar al mejor acuerdo de funcionamiento, en pro del equilibrio personal y familiar. Si no tiene pareja, exprésate y pide ayuda a tus familiares más cercanos. Hagamos de esta experiencia la mejor oportunidad para ser felices, a pesar de las contrariedades y los desafíos que la pandemia ha marcado en el mundo. Tomemos el control de lo que sí podemos impactar, y siempre, siempre, siempre, agradezcamos el tener una familia que atender y un trabajo con el cual desarrollar nuestra profesión.

Trauma por abuso sexual: más allá del impacto físico

Trauma por abuso sexual: más allá del impacto físico El abuso sexual es un tema delicado y con mucho tabú e incluso en esta época, cuando ya no debería ser así. La persona que ha sido abusada se siente acusada o señalada, por lo que la gran mayoría de las veces no sabe cómo hablarlo ni enfrentarlo. Exploremos las repercusiones de la violencia sexual en el plano psicológico de las víctimas. Por @KeilaCaridad, Team Psicovivir Datos alarmantes reseñados en junio de 2020 por el portal DW, señalan que «América Latina no sabe cuántas mujeres son violadas en la región». Refiere que «La mayoría de las víctimas no denuncia y los países por lo general carecen de información estadística fiable, lo cual impide combatir con mayor eficacia la violencia sexual contra las mujeres». Esta es una realidad que duele. Desde el punto de vista psicológico, el abuso sexual es sinónimo de trauma ya que corrompe la estabilidad e integridad de la persona, generando un antes y un después en su vida. De este modo, la sintomatología y consecuencias psicológicas son similares a las del estrés postraumático. Muchos de los comentarios que llegan al Foro Psicovivir, entrañan el dolor emocional por diversas formas de abuso sexual. Consideramos que una buena manera de apoyar a tantas mujeres y hombres que han sufrido este tipo de agresiones, es brindándole psicoeducación, a través del aporte de la especialista Victoria Bistotto. Hablemos de violencia sexual, una definición y sus distintas variantes La OMS define la violencia sexual como: “Todo acto sexual, la tentativa de consumar un acto sexual, los comentarios o insinuaciones sexuales no deseados, o las acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de una persona mediante coacción por otra persona, independientemente de la relación de esta con la víctima, en cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar de trabajo”. Referencias de Paul Ochotorena y Arruabarena Madariaga (1996) en su libro Manual de Protección Infantil, destacan tres factores que resultan útiles para diferenciar las prácticas sexuales abusivas: • Una asimetría de poder Puede derivar de la diferencia de edad, roles, fuerza física y/o de la capacidad de manipulación psicológica del abusador de modo que la víctima es colocada en una situación de vulnerabilidad y dependencia. Puede, además, darse conjuntamente con una fuerte dependencia afectiva (por ejemplo, en la relación paterna) que hace aún más vulnerable a la víctima. • Una asimetría de conocimientos El abusador en general cuenta con mayores conocimientos que su víctima sobre la sexualidad y las implicancias de un involucramiento sexual. • Una asimetría de gratificación El abusador sexual actúa para su gratificación sexual. Aun cuando intente generar excitación en la víctima, siempre se relaciona con el propio deseo y necesidad, nunca con los deseos y necesidades de la víctima. ¿Qué consecuencias puede dejar en una persona el haber sido víctima de abuso sexual? Sus consecuencias abarcan un amplio espectro, desde las inmediatas hasta las de largo plazo. Principalmente detona en la sintomatología propia del estrés postraumático: miedo, problemas para dormir, pesadillas, confusión, sentimientos de culpa, vergüenza, ira, incapacidad para manejar las emociones, desconfianza, hostilidad y ansiedad. Las mismas repercuten en la totalidad de la víctima, interfiriendo en el proceso de desarrollo, afectando el esquema corporal, la propia imagen y la sexualidad. Puntualmente, dentro del área sexual, podríamos englobar distintas consecuencias que pueden desarrollarse o no, tales como: Aversión sexual: Fobia al contacto sexual. Se temen o evitan las relaciones. Algunas de estas personas no son capaces de mantener determinadas actividades sexuales, por ejemplo, el sexo oral, mientras que otras manifiestan ansiedad ante cualquier situación asociada al sexo: un beso. Bajo deseo sexual: Cuando lo que predomina es la falta de interés en las relaciones, estaríamos ante el caso de falta deseo sexual, pero no de miedo. Disfunción sexual: Dificultades en la respuesta orgánica al momento del coito. Hipersexualidad: Deseo sexual excesivo. ¿Cómo se puede tratar un abuso sexual? En primer lugar debemos tener en cuenta diversos factores como: Edad de la víctima La modalidad del abuso Su cronicidad y/o duración El tipo de vínculo establecido con la persona que ejerce el abuso Las reacciones del entorno familiar y social durante y después –es decir, cuando el hecho sale a la luz– de la situación de abuso El tipo de apoyo y tratamiento que reciben las víctimas A pesar de que el abordaje depende de los factores mencionados, es indispensable contar un espacio terapéutico para abordar el trauma y la experiencia disruptiva que genera en la víctima de abuso sexual. Se trabaja sobre el mismo para poder integrarlo, y a partir de allí, salir adelante. En casos donde además de las secuelas emocionales y psicológicas, aparecen secuelas físicas, es recomendable trabajar el caso interdisciplinariamente con ginecólogos, médicos clínicos, psiquiatras, asistentes sociales y/o profesionales de otras áreas. ¿Cómo es el después en la vida sexual de una víctima de abuso? Si nos basamos específicamente en la actividad sexual luego de un abuso, en ocasiones puede desarrollarse una fobia al sexo (Erotofobia) o por el contrario, una adicción al sexo. ¿Esto puede traer como consecuencia no tener una vida sexual activa de disfrute? Claro que sí. El sexo y todo lo que ello simboliza, genera en la victima una reactualización de la experiencia (muchas veces inconsciente). El mismo puede generar dos polos: por un lado, la búsqueda constante de sexo y por el otro, evitar todo acercamiento de índole sexual. En ambos casos, independientemente de si se efectúa o no el coito, cuando el trauma no es abordado y tratado, no aparece el mero disfrute como tal. Recomendaciones desde el punto de vista psicológico Para la psicóloga Victoria Bistotto, la principal recomendación es que a pesar de que el abuso rompa con una parte tan íntima de uno, siempre se puede salir adelante si pedimos ayuda y nos dejamos ayudar. «La terapia es fundamental para aceptar lo sucedido y abordar el trauma, ya que dentro del espacio terapéutico se trabaja la culpa, la autoestima, el miedo, cómo repercute a nivel sexual y por sobre todo,

Agorafobia: cuando la ansiedad se transforma en miedo intenso

Agorafobia: cuando la ansiedad se transforma en miedo intenso Por un lado, sientes temor a salir de casa. Cuando lo logras, el miedo se traslada al ascensor que te llevará a destino. Finalmente llegas a una calle amplia, y eres presa del pánico, para enfrentarte a lo que para ti es una temerosa acción: embarcarte en un autobús. La agorafobia es un trastorno que requiere más que ayuda psicológica. Por @KeilaCaridad, Team Psicovivir Comencemos por ubicarnos en el contexto de los múltiples miedos que se desencadenan en la persona que sufre de agorafobia. No es una sola situación o condición lo que desencadena esta fobia que tiene su origen en procesos ansiosos. Miedo a los espacios abiertos Miedo a los espacios cerrados Miedo a las multitudes Miedo al uso de medios de transporte Miedo a salir de casa Miedo al lugar de trabajo Miedo a la incontinencia o a vomitar en público La agorafobia es la más frecuente entre las fobias y afecta con mayor notoriedad a las mujeres. Su gravedad es tal que tiende a ser incapacitante, pues se trata de una forma de ansiedad tan drástica que conduce a comportamientos evitativos. Es decir, la persona restringe su radio de acción a los lugares en los cuales se siente segura y comienza a permanecer cada vez más tiempo en casa. Este padecimiento está muy relacionado con los ataques de pánico. Para ampliar esta información, conversamos con el psicólogo Esmelin Graterol, especialista del Team Psicovivir. Estos son sus aportes. ¿Qué es la Agorafobia? La agorafobia consiste en una ansiedad o un miedo exacerbado con una manifestación o una sensación bastante maximizada hacia un sinfín de situaciones, produciéndose en la mente de quien lo padece la dificultad de escapar o que la situación sea difícil de resolver, e incluso, hasta pedir ayuda le es difícil. Aparece como una sensación de catástrofe inminente que suele acompañarse con una especie de ansiedad. El miedo y la ansiedad anticipatoria puede hacer que la persona se recluya como una forma de evitación total a esas situaciones agorafóbicas. ¿Cuál es la sintomatología asociada a la agorafobia?   La aparición de ansiedad cuando se encuentra en situaciones donde escapar se le haga difícil o embarazoso. La persona que sufre agorafobia evitará a toda costa estas situaciones. Por ejemplo: Si su miedo está ubicado en medios de transporte, evitará subirse a uno. Si le toca subir a un piso muy alto, preferirá usar las escaleras, y no el ascensor, por su miedo a los espacios cerrados. ¿Cuáles opciones brinda la psicología para atender la agorafobia? Por fortuna sí existe tratamiento. Hay múltiples enfoques que abordan, desde el conductismo, que es un gran trabajo para manejar las emociones y la ansiedad, al igual que desde el psicoanálisis. En diversas corrientes psicológicas hay abordajes para esta situación. Siempre recomiendo apoyar el abordaje terapéutico con ejercicios de respiración, ya que es el principal elemento para eliminar los síntomas. No se puede tratar la agorafobia o cualquier trastorno de ansiedad si no se disminuyen los síntomas o crisis. ¿Qué tips podemos ofrecer a quienes tiene un familiar que padece de agorafobia? Apoyo y contención Hablar en un tono pausado, sin estrés No alterarse como la persona, si no, calmarla Proyectar tranquilidad Enfocarse en la respiración. Decirle a la persona: Enfócate en mi respiración, respira conmigo El psicólogo Esmelin Graterol precisa que «si la persona se encuentra sola en esta situación, será difícil, pero con cierta información como los tips de respiración, y si quien lo padece tiene un poco de claridad, podrá sacar el celular y empezar a practicar la respiración consciente. Entre más practique, la respiración se volverá un habito y disminuirá las alteraciones propias de temor y esta angustia por la situación que se presente».

Redes sociales: detonante de ansiedad y depresión

Redes sociales: detonante de ansiedad y depresión El impacto de las plataformas digitales para la interacción humana, muchas veces conlleva consecuencias en el plano psicológico. La autoestima sucumbe a la idealización y a la falsa realidad que desde las redes sociales se bombardea a diario. La ansiedad y la depresión encuentran un nicho. Por @KeilaCaridad – Team Psicovivir Ante el consumo desmedido de uso de las redes sociales, decidimos retratar las aristas psicológicas detrás de los likes, comentarios y seguidores. Estos espacios digitales atraen la atención de niños, jóvenes, adolescentes y adultos, todos son bombardeados por contenidos de disímil calidad y veracidad. Muchos de los usuarios encuentran en las redes sociales un lugar donde entablar relaciones. Hacen contacto con un mundo sesgado, donde mucho de los que se comparte es falso o carece de verdadero provecho. Redes sociales desde el tamiz psicológico A pesar de todos estas alertas, la adicción a las RRSS se hace presente, contribuyendo en buena medida con la alteración de la salud emocional: la ansiedad y la depresión alcanzan a la gente, según la psicóloga Jenny Pontón, especialista del Team Psicovivir. ¿De qué manera puede afectar el uso de redes sociales nuestra salud mental? Muchas veces nos enfocamos en escapar de nuestra realidad viviendo anhelos e idealizaciones que pertenecen a la vida de otro, cuando ciertamente no tenemos ni siquiera evidencia de que sean reales. En este sentido, una red social sí puede afectar nuestra autoestima, cuando comparamos nuestra vida con la de los demás, cuando no estamos en el aquí y el ahora, cuando anhelamos cosas que no tenemos y que estamos haciendo hasta lo imposible por tener, de manera obsesiva, para encajar en el grupo, para ser aceptados. Pero la misma idea de quererlo tener y verlo difícil, nos hace deprimirnos y la depresión va a hacer que no queramos levantarnos, que nos sintamos con mucho peso encima, entonces no nos motivamos a hacer las cosas. ¿Qué recomienda entonces para evitar ansiedad y depresión por el uso de las RRSS? Mi recomendación es que usemos las redes sociales como inspiración, para guiarnos respecto a un modelo de algo que yo quisiera llegar a ser o tener una base por dónde empezar. Lo ideal es que podamos ver las redes sociales de una manera más real, más racional y las usemos de una manera adecuada, resguardando nuestra autoestima, fortaleciéndola, para evitar caer en trastornos de ansiedad o en depresión. ¿Qué podemos hacer en caso de  adicción a las redes sociales? Toda adicción genera placer y por eso sentimos la necesidad de repetir el comportamiento. Lo mismo ocurre con el uso desmedido de las redes sociales. Evidentemente para detener esa adicción necesitamos enfocarnos en otras actividades. Encontrar otras fuentes de disfrute personal, cultivar alguna afición. Prestar atención al tiempo de uso de las redes y regularlo. Evitar ir inmediatamente a revisar el celular al despertar. Usar nuestro tiempo libre para otras cosas como ver leer, dar un paseo, hablar con amigos, disfrutar en familia. ¿De qué manera afectan las redes sociales a las personas? De dos maneras, especialmente. Ante noticias muy negativas que nos generan ansiedad, angustia y miedo, pensando que eso nos puede suceder o que el mundo es un caos. Por otro lado, está el ver a personas extremadamente felices, parejas que se aman y tienen relaciones «perfectas», con mujeres y hombres de belleza exageradamente estereotipada, con estilos de vida millonarios que lo que hacen es hacerte sentir que fracasas, porque comparas su vida con la tuya. ¿Qué podemos hacer ante una situación de ansiedad o depresión causada por uso y abuso de las redes sociales? Primero que nada, vivir en consciencia plena, aplicar una actividad a nuestra vida diaria donde podríamos estar más aquí en el ahora, en lo que tenemos, y aceptar vivirlo como deberíamos. Estar aquí en el ahora nos ayuda muchísimo a enfrentar lo que está sucediendo y a disfrutar lo que tienes. PSIC. JENNY PONTÓN Por otro lado, la ansiedad o la depresión al afectar nuestra vida personal, nuestra relación de pareja, nuestra funcionalidad, alimentación, higiene de sueño, nos obliga a buscar ayuda terapéutica. En este caso, la terapia cognitiva conductual es muy efectiva para trabajar en situaciones actuales que nos perturban y que generalmente son irreales. Enfocar los pensamientos de manera racional nos fortalece mucho, ya que como pensamos nos vamos a sentir y como nos sentimos vamos a actuar.

Cuando las ganas se juntan: Desafíos de las parejas con mucha diferencia de edad

Cuando las ganas se juntan: Desafíos de las parejas con mucha diferencia de edad Ella es muy joven y él hace rato atravesó la puerta de la edad dorada. No pocos lo tildan de sugar daddy. Las relaciones amorosas entre personas con diferencia de edad muy notable, pueden venir con algunos inconvenientes extra. La especialista Arianna Servigna, nos trae el punto de vista psicológico de este tipo de uniones. Por @KeilaCaridad, Team Psicovivir El afán de vivir una segunda juventud puede verse colmado por la convivencia con alguien más joven, pero eso no debe cegarnos. El envejecimiento es algo tan angustioso para muchas personas que las estrategias para negarlo (sin éxito) puede llevar a algunas personas a emparejarse con otras más jóvenes. El ejemplo que abre este reportaje también puede verse desde la otra orilla: Ella es una señora de la sexta década y él, definitivamente puede ser su nieto. ¡Pero no lo es! Las relaciones amorosas con marcada diferencia de edad, siempre son motivo de cotilleo, blanco de críticas y motivo de chistes. En entrevista con la psicóloga Arianna Servigna, especialista del Team Psicovivir, abordamos este tema tan común. Las reacciones al paso del tiempo para afrontar los cambios físicos y personales y convivir con ellos varían según la madurez de cada uno. La diferencia de edad muy marcada en las relaciones amorosas puede venir con algunos inconvenientes extra. ¿Por qué se da el amor en parejas, a pesar de tener gran diferencia en la edad? El amor es un sentimiento que surge sin distingo de razas, de edades, de cultura, de religión, de estatus social, etc. Es una atracción que nace entre dos personas que comparten algo en común. Generalmente comienza con la atracción física, aunque en ocasiones también puede partir de la interrelación cotidiana entre dos personas, que les permite reconocer y validar los intereses en común, la compatibilidad entre ambos y los atributos del otro, que terminan envolviéndoles en ese poderoso sentimiento.     Puede darse el caso de parejas que doblan la edad desde el punto de vista psicológico. En las relaciones de parejas no hay patrones de conductas estandarizados, por tanto, la diferencia de edad tampoco es un elemento que deba interponerse entre dos personas que deseen estar juntas. Sin embargo, cuando la diferencia de edad sobrepasa la decena de años, muchas veces son elecciones que vienen enmarcadas por necesidades propias, ya sean conscientes o inconscientes, de alguno de los miembros o incluso de ambos. ¿Qué problemas conlleva las relaciones cuando hay mucha diferencia de años? Alguno de los inconvenientes que podrían acontecer entre dos personas con una brecha generacional tan marcada, es que no compartan algunos o muchos de sus intereses, formas de percibir y afrontar las situaciones de vida ya que cada uno lo verá desde su propio nivel evolutivo. Por otro lado, otro elemento que podría verse afectado son las relaciones sexuales y el tema de la procreación. La infidelidad podría también hacerse presente cuando ya una de las partes no considere al otro tan atractivo debido a que los signos de la edad empiecen a aparecer y por consiguiente a notarse.  ¿Cómo se ve afectada el área sexual en parejas con diferencia de edad muy amplia? Básicamente, en la dimensión biológica y genital de la sexualidad. En el caso de las mujeres, con la menopausia pueden padecer molestias por la falta de lubricación y, en el hombre, con la edad se presentan problemas de erección y la disminución de la energía física. Sin embargo, la sexualidad va mucho más allá de la biología. La sexualidad también está constituida por elementos eróticos basados en la comunicación y en los componentes emocional y psicológico que pueden perfectamente conjugarse y hacer muy placenteros los encuentros sexuales entre las parejas con gran diferencia de edad. Como dice la canción: cuando las ganas se juntan. ¿Cómo afrontar este tipo de relaciones entre personas con rango de edad tan diferente? Estando consciente desde el principio de la relación, que si bien, la diferencia de edad no es un impedimento para establecerse como parejas, si pudieran surgir ciertas limitaciones que deben ser conversadas desde el inicio. Para la especialista en psicología, Arianna Servigna, lo importante es que la pareja puede establecer convenios y compromisos que le permitan entablar una unión bajo estructuras sólidas, con un mayor entendimiento y una mejor consolidación de la misma. Lo ideal es que sobrelleven la diferencia de edad en su justa dimensión, sin que esta condición marque todo el devenir de la relación amorosa.

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