Manipulación psicológica desde la política: el caso EE.UU.

Por Keila Caridad – CNP 11.903 – 24/11/2020

Reconocido como uno de los intelectuales más importantes del siglo XX y nombrado en el ambiente académico e investigativo como “el padre del psicoanálisis”, Sigmund Freud abordó la psicología de las masas y es precisamente en este ámbito donde se fraguan las estrategias para influenciar, convencer y manipular a un colectivo.

¿Con qué propósito? Alcanzar el poder a partir de la manipulación de las necesidades reales de los individuos, siguiendo la agenda particular de los interesados, en este caso la clase política que, bajo la figura de un liderazgo, hace creer a la gente que verdaderamente tiene intenciones transparentes y conectadas con lo que ese colectivo necesita.

La historia está llena de ejemplos de manipulación psicológica con fines políticos, desde el escenario global, en todos los continentes.  

Durante este convulsionado y atípico año, Estados Unidos también resultó afectado por la pandemia de alcance mundial: el Covid19 cambió drásticamente el estado de las cosas, removió los cimientos individuales y grupales, modificó la dinámica de interacción social bajo el esquema de una cuarentena rigurosa, echó por la explanada la economía y puso en jaque el liderazgo de los gobiernos.

El presidente Donald Trump no salió ileso de esta hecatombe política y social. El llamado primer país del mundo se incendió por los cuatro costados, bajo la acción de diferentes movimientos que clamaban reivindicaciones y rechazaban algunas decisiones del gobierno estadounidense con relación al manejo de la pandemia, entre otros cuestionamientos.

¿Fueron estas protestas absolutamente espontáneas?  

       

Definitivamente no. Especialmente en un año electoral que significaba la continuidad de Trump en el poder o un cambio político definitivo: Adiós al partido republicano y ascensión del partido demócrata a La Casa Blanca, una meta a cumplir desde adentro del territorio de EE.UU. y también desde el escenario geopolítico donde el 45.º presidente de los Estados Unidos tiene detractores frontales, confesos y con mucho poder.

La manipulación psicológica en la arena política norteamericana no podía faltar. Los resultados ya los estamos viendo: un revés electoral para Trump y un país a simple vista pacificado, muy distante del que apenas haces varias semanas atrás vimos sumido en un conflicto social que precedió el proceso electoral.

En parte esas protestas no espontáneas contribuyeron con el resultado de las elecciones, minando la autoridad de Trump e intentando imponer en el imaginario colectivo estadounidense que ya era hora de ceder el poder “por el bien del país”. 

Esa psicología colectiva con fines de manipulación aplicada en el plano político estadounidense retrata de manera fotográfica muchos planteamientos que hizo el erudito austriaco en su libro Psicología de las masas y análisis del yo.

¿Qué significa manipular a las masas?

Para el experto en comunicación estratégica, Alfredo Morales, «Manipular es sembrar en la conciencia y en la mente de la gente ideas, actitudes, conceptos y aspiraciones -incluso falsas e inmorales- que sirvan a los objetivos de sus manipuladores», así lo define en su artículo Técnicas de manipulación política y el resultado.

Desde el punto de vista psicológico, «Tiene que ver con una manipulación mental y esta consiste en entrar en el sistema inconsciente del individuo para que este derive en una acción determinada en la conducta o en el comportamiento de dicho individuo. Se trata de meterse en los contenidos inconscientes profundos de cada persona para detectar necesidades, inquietudes, emocionalidad, defectos y así, de alguna u otra manera poder persuadir e influir directamente en la opinión de esta persona».

Así lo expone la psicóloga María Luisa Cuenca, especialista del Team Psicovivir, quien explica lo que ocurre cuando llevamos esa manipulación psicológica al plano político.

«Para ubicarnos en el sistema de comunicación es importante que a nivel político podamos ver que existe la figura de un líder y de un seguidor. El líder no puede ser cualquier persona, debe ser una persona aparentemente recta, intachable, natural e inteligente. Y, por supuesto, la figura del líder implica estar en una jerarquía o en una posición mayor que el otro».

«Para que la manipulación se dé desde la parte política debe haber una visión sesgada de la realidad para inducir en determinado comportamiento de un pueblo o de una sociedad».

Para la especialista en psicología, a nivel de interpretación de la política de EE.UU la manipulación psicológica se evidencia desde los siguientes aspectos: «Estamos hablando de que existen dos figuras importantes. Uno representa un cambio, un despertar, un cambio de política a nivel social, administrativo y económico que supuestamente favorece ciertas necesidades de la sociedad americana.

Por otro lado estamos viendo al actual líder, Donald Trump, que viene de ser empresario, visionario, popular, e incluso de mantener una sociedad dentro de su misma cultura, con los parámetros sociales y económicos que brinda».

Tanto Trump como Biden le hablaron a sus grupos de interés desde las necesidades de los partidos políticos, bien sean demócratas o republicanos. Utilizaron la técnica de la distracción para evitar que los ciudadanos puedan ver lo que es realmente importante, solapando sus propios intereses como si fuesen los mismos del pueblo. Esta barajita es de uso común entre los políticos.

Cuenca trae colación la estrategia que aplicaron en EE.UU. en el año 98 durante el mandato de Clinton.

«¿Qué pasó con Bill Clinton? Acababa de ocurrir un hecho de una proposición de guerra y necesitaban desviar la atención. ¿Cómo lo hicieron? Difamando las buenas costumbres y la moral del presidente y de esta manera alcanzar el fin político que esto generó».

Esta manipulación psicológica se apoya en los medios de comunicación masivos para llegar al inconsciente, incluso a la imitación conductual de millones de personas. Desde los mass media tradicionales y más ahora con la digitalización y uso masivo de tecnología y redes sociales, se genera una necesidad a nivel político y cada uno de estos líderes se muestra como una figura salvadora.

María Luisa Cuenca asegura que psicológicamente hablando juegan con la emocionalidad de cada individuo. «Cuando hablamos desde la perspectiva de las emociones ¿qué es lo que hace un político? Jugar con la autoestima del pueblo y nos referimos con esto a procesos de identidad lo cual hace que ese líder se convierta en una figura de respeto, de salvación, cuyo fin es convencer al colectivo para poder llegar a sus aspiraciones».

Es importante tomar en cuenta cómo se juega con la vulnerabilidad de una población. Estamos hablando de sociedades corrompidas, manipuladas, vulneradas y que no son vulneradas solamente desde el hecho de reglas y leyes sino desde su carencia y su necesidad, sentenció la psicóloga clínica de Psicovivir Internacional.

La fórmula “divide y vencerás” con fines manipulativos

Cuenca explica que desde la política generan una presencia permanente.

«El manipulador político siempre va a estar de la mano del pueblo al cual representa. Es la única manera de generar síntomas paranoicos en la sociedad y victimización por lo cual el pueblo los va necesitando».

También refiere que si lo comparamos con la política venezolana podremos visualizar la manipulación a través de las constantes cadenas de televisión, en la propaganda masiva en las redes sociales, en las constantes declaraciones de ser víctimas de un ataque que viene de países externos sin hacerse responsable de lo que como políticos están causando en una sociedad y allí entra en juego el sesgo, el sesgo que ya tiene la sociedad ante una determinada ideología política.

«Al decir divide y vencerás es cuando yo divido a un pueblo, a una sociedad para creer más en un lado y no en el otro y mientras lo reduzco, minimizo a mis atacantes», explicó la especialista en psicología.

5 maneras de evitar ser manipulado psicológicamente

  1. Conoce tus propias demandas o necesidades.
  2. Identifica el mensaje que un líder te pueda estar dando.
  3. Reconoce tus emociones ante ese mensaje que estás recibiendo.
  4. Identifica los riesgos que representa no solo para ti, también para otros y el futuro. No partas solo de la necesidad del momento.
  5. Mantén tu identidad, reconoce los límites de la democracia y el populismo.

Vale entonces tener en cuenta que tanto en EE.UU. como en otros países se aplica la manipulación desde la triada de la idealización, la identificación y la influencia narcisista del líder sobre sus seguidores y que el líder instaura su propia necesidad simulada desde la necesidad de la masa a la que influye.

Toca a los ciudadanos ejercer su derecho a la libertad de conciencia, mediante la preparación y el estudio, para formarse un pensamiento crítico que esté bien alejado de los efectos de la manipulación psicológica que aplican a las masas más vulnerables.   

Si quieres ayuda psicológica, te invitamos a conocer los servicios del Team Psicovivir        

2 respuestas

  1. No sabemos quién es quien a nivel de política, ya no se sabe en quien creer como dice psicovivir todos los políticos son una mierda

  2. Si bien es cierto que nunca se logra conocer al 100% a una persona, en el caso de un politico revisando sus antecedentes como persona pública, qué ideas ha defendido o promueve, cuál ha sido su postura con respecto a temas de trascendencia, qué valores dice defender y lo más importante, cómo ha sido su accionar y si corresponde con lo que predica, se puede tener una aproximación de su comportamiento y cómo podría ejercer el poder que se le otorgaría a ese politico. Lo que pasa es que hacer esta breve y elemental investigación es mucho trabajo aburrido para la mayoría de las personas y siempre es más facil y entretenido creer en teorías conspirativas dignas de un Best Seller de Dan Brown.

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