Amor propio tóxico ¿de qué se trata?

Desde mi experiencia como psicóloga, denomino el amor propio tóxico como esos patrones de pensamientos erróneos, extremos y superficiales que llegan a resultar en actitudes y comportamientos dañinos y autolesivos.

Por: Psic. Abril Mosquera – Especialista Team Psicovivir

¿A qué me refiero cuando hablamos de amor propio tóxico?

Cada vez veo con más frecuencia que en nombre del “amor propio” incorporamos una serie de comportamientos forzados, rígidos y desmedidos con nosotros mismos.

Estas acciones nos llevan a la continua insatisfacción y frustración en la forma en que nos vemos y comparamos con los demás.

Algunos tipos de patrones tóxicos que frecuentemente se relacionan con el amor propio son:

  1. AUTOEXIGENCIA DESMEDIDA

Nos imponemos estándares inalcanzables o que no van acorde a nuestras posibilidades y nos exigimos ser perfectos en todo momento.

En los pensamientos, no existe siquiera la posibilidad de no saber algo, de querer poder con todo, de cometer errores o tener momentos de vulnerabilidad.

¿Qué ´pasa cuando lo hacemos?

Nos culpamos y nos juzgamos duramente, ya que no cumplimos con nuestras propias expectativas de lo que “debemos ser”.

También es común que nuestras decisiones estén basadas en saber y asumir que los demás esperan que actuemos de tal forma.

Pudiera manifestarse como una sensación de alerta constante sobre que se espera algo de nosotros que no existe, porque en la realidad no hay una demanda ni exigencia clara.

  1. APARIENCIA FÍSICA PERFECTA

Con este tipo de pensamiento, creemos que solo somos dignos de amor, de ser atractivos y aceptados por los demás, si cumplimos con los estándares de belleza impuestos por la sociedad.

Buscamos constantemente la “perfección física” y caemos en comportamientos dañinos para la salud física y mental con excesivo uso de maquillajes, operaciones, ejercicio y dietas estrictas.

  1. ESTUDIOS Y ABUNDANCIA MATERIAL

Esto es más común de lo que parece: asociar amor propio con tener más de una carrera, más estudios y más conocimiento, bajo la creencia de que eso te hace superior al resto.

También lo relacionamos con hacer lo que sea necesario por tener dinero, poseer objetos, vestimenta y bienes específicos que denoten admiración, atención y reconocimiento.

Este enfoque académico y materialista, al igual que los demás, puede llevar a sostener una constante insatisfacción, ya que la seguridad en sí mismos y la felicidad se basa en algo en específico que está afuera y que hay que conseguir, priorizando la posesión de bienes materiales por encima de valores internos y relaciones significativas.

  1. EXCESO DE VANIDAD

Se caracteriza por un exceso de egocentrismo que generalmente denominamos como narcisismo y egoísmo:

Todo es para sí mismos, la necesidad de atención es obvia, el otro existe para darme y complacerme; el común “primero yo, segundo yo y tercero yo”.

Las personas que adoptan esta actitud justificándola como amor propio, ven su propio bienestar y satisfacción como lo único que existe y la única prioridad. No falta la desestimación e invalidación de los demás, ya que la empatía es inexistente.

En estos casos, la dificultad mayor es la capacidad de aceptar que sus acciones afectan e influyen en las personas que tiene a su alrededor.

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Esto hace que las relaciones sean superficiales y se vinculen con personas que alimenten la vanidad. La actitud va de yo puedo con todo, no necesito de nadie.

Sobre todo, es común la dificultad para pedir ayuda cuando lo necesitan: confunden amor propio con una imagen inflada de sí mismos, sin darle espacio a recibir lo que otros pueden darnos.

Mueren por el ego.

  1. EVASIÓN EMOCIONAL

Este tipo de patrón tóxico implica reprimir o negar las propias emociones y necesidades en aras de fingir y mantener una fachada de fortaleza, buscando distracciones constantes y evitando cualquier forma de confrontación interna y sentimientos.

Acá es común pensar que el que sentir tristeza, rabia, miedo, etc. está mal o tiene una connotación de debilidad.

Es así como lo que es algo natural y humano, se convierte en un defecto o una vergüenza.

Se llega al extremo de pensar que sentir esas emociones nos vuelve desagradecidos, exagerados o que los demás se aprovecharán de nosotros.

¿CÓMO SUPERAR EL AMOR PROPIO TÓXICO?

Entendiendo primero que NO es amor propio.

El amor propio es subjetivo, debe estar asociado a la medida de nuestras necesidades físicas, mentales y emocionales.

Amor propio no es tener un cuerpo o unas capacidades intelectuales específicas. Tampoco es poseer una cantidad de dinero específica, o cualquier otra exigencia externa que te indique que garantizará tu bienestar, salud y felicidad.

El amor propio está únicamente condicionado a la relación que tenemos con nosotros mismos, la manera en que te percibes, te aceptas, te retas, te conoces y que, por consecuencia, se verá reflejado en cada decisión y acciones que estén dirigidas a satisfacer nuestras necesidades, a no hacernos daño a nosotros mismos ni a los demás, a mejorar y así reafirmar continuamente nuestro valor y bienestar.

Cuando aceptamos que necesitamos ayuda y la buscamos, actuamos desde el amor propio.

Ayúdate a través de un profesional de la salud mental para identificar las expectativas y creencias irracionales que distorsionan tu amor propio.

De esta manera tendrás a la mano muchas herramientas a tu medida, que te ayuden a fomentar una autoestima más saludable y, sobre todo, REAL.

¡Te veo en consulta!

Psic. Abril Mosquera | @psicdebolsillo

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