Validación emocional, una forma sana de acompañar
Las emociones y la forma en que normalmente nos expresamos tienen una importancia significativa en nuestra salud mental y bienestar general, por no mencionar, que influye en nuestro estado de ánimo, autoestima y la manera en que nos comunicamos y entendemos el mundo. En estas líneas vamos a explorar un concepto que probablemente conocemos, pero que quizás aún no logramos integrar del todo.
Por: Psic. Luis Sevilla – Especialista Team Psicovivir
Para entender la validación emocional, exploremos algunos escenarios. De seguro nos hemos topado un par de veces con situaciones de este estilo:
– Te acaba de pasar algo terrible, decides contárselo a alguien y lo primero que recibes es: ¡Ay, pero no te sientas así, lo importante es que estás bien!
– No te dieron ese trabajo que tanto buscabas, te acercas a contar tu frustración al respecto y alguien te dice: “no te preocupes, el tiempo de Dios es perfecto”.
– Quieres contarle a un amigo que tu pareja te fue infiel y te responde: “por lo menos el tuyo no se fue con esa persona, lo mío fue peor. . .”
Y como éstas, encontramos mil situaciones similares, en las que parece que la comunicación está compuesta por un “aquí no estamos para sentirnos mal”.
Lo que está presente en estas situaciones es un analfabetismo emocional, generado por nuestra sociedad, en donde se propone constantemente que hay “emociones malas” y que solo tenemos derecho a estar felices y contentos; pero eso de la tristeza, el miedo o la rabia, ni en juego.
Además, es algo que vemos no solo en emociones explícitas, muchas veces las personas requieren refuerzos de sus acciones para determinar que lo que hacen, de cualquier manera, tiene un valor especial.
Nótese como algo que es tan cercano y cotidiano, tiene un componente teórico de gran relevancia.
La validación emocional forma parte de una interacción en la que está presente la aceptación y el reconocimiento de las emociones del otro y evidentemente las propias.
Es un proceso en el cual existe una conexión empática, responsable y compresiva de la situación.
La validación emocional implica atender las experiencias emocionales sin juzgar o minimizar el hecho, por más irrelevante que parezca. Recordemos, es una experiencia ajena, no todos entienden el mundo de la misma forma.
Invalidar es una forma de desprecio hacia el otro
Con la invalidación emocional, muchas veces se presenta el desprecio hacia las emociones de otros, quizás por no entenderlas y querer resolverlas desde nuestro mundo.
Cuando eso ocurre, tendemos a negar, minimizar, ridiculizar, ignorar, burlarnos, criticar o trivializar las emociones de alguien.
Es importante entender el impacto de la validación vs la invalidación.
Cuando hablamos de validación, podremos observar personas que se sientan aceptadas, con mejor autoestima y un mayor bienestar emocional en general.
En contraste con la invalidación, hay efectos nocivos para la salud emocional: vergüenza, confusión y frustración.
En su cara más patológica, se desarrollan enfermedades mentales como la depresión, ansiedad, trastornos de personalidad, entre otros.
Normalmente una gran parte de las personas con invalidación emocional crónica tienden a presentar problemas afectivos, desregulación emocional e incapacidad de mantener relaciones saludables.
Existe un estudio científico en función de la validación emocional, la DBT (Terapia dialéctica-conductual) que, hasta ahora, ha mostrado resultados positivos.
Fue desarrollado por Marsha Linehan y propone un modelo teórico centrado en la validación emocional, para el alcance de una mejor regulación de nuestras emociones.
No se trata de ti, sino de la persona que está recurriendo a ti
Muchas veces, desde nuestra necesidad de ayudar, proponemos mil soluciones, pero quizás estas no se adaptan al malestar del otro, es un reflejo de cómo tú quieres resolverlo.
Acá te dejo unas palabras simples pero poderosas que puedes aplicar en cualquier contexto en el que alguien necesite tu apreciación.
- Me parece genial tu idea.
- Lo estás haciendo muy bien.
- Entiendo lo que te sucede, y lo lamento mucho.
- Lamento lo que sucedió ¿cómo puedo ayudarte?
- Te agradezco lo que haces por mí.
- La comida está muy rica, mi amor.
- ¿Cómo estuvo tu día?
Abraza en pausa y atiende en silencio
Es vital entender que la mejor forma de acompañar al otro desde su sentir, radica en ver las cosas desde su malestar y no desde nuestras soluciones.
Saber estar, también es parte del querer ayudar, una presencia emocional sana, implica hacerle saber al otro que te importa su existencia.
Excelente, gracias por compartir su conocimiento 😊
Excelente!! Hace años yo invalidaba las emociones de las personas me conseguí una pareja la.mejir del mundo pero sufrió ansiedad, pero después de leer esto me di cuenta que cambie mucho porque siempre estoy validando las emociones de mi pareja y siempre quiero ayudarlo a veces solo escuchando lo que siente.