¿Tu hijo es “mala conducta”? ¡Cuidado! Puede sufrir de trastorno oposicionista desafiante
¿Tu hijo es “mala conducta”? ¡Cuidado! Puede sufrir de trastorno oposicionista desafiante Entrevistamos a la psicóloga Junis Díaz sobre el tratamiento recomendable para los niños y adolescentes que presentan conductas negativistas, desobedientes u hostiles con figuras de autoridad. @AlondraValen, Team Psicovivir El trastorno oposicionista desafiante mejor conocido por sus siglas en inglés como ODD, es un conjunto de características recurrentes e inapropiadas en los niños y adolescentes que no corresponden al nivel de desarrollo puesto que se presentan conductas negativistas, desobedientes, desafiantes u hostiles con figuras de autoridad. A menudo los niños muestran un comportamiento disfuncional y disruptivo que los padres categorizan como “malo” o “negativo”. Es cierto que muchas veces el mal comportamiento forma parte de la edad y del momento evolutivo en el que se encuentran, pero ¿cuándo este comportamiento pasa a ser un problema? La psicóloga Junis Díaz, especialista del Team Psicovivir nos brinda luces sobre este problema entenderlo más a fondo y solucionarlo. ¿Qué es el trastorno oposicionista desafiante? Es un trastorno de la conducta con inicio en la infancia y en la adolescencia que se caracteriza por la presencia de conductas desafiantes, dificultad para seguir las normas o reglas establecidas por las figuras de autoridad, como los padres, maestros o profesores. El trastorno oposicionista desafiante es muy común alrededor de los 4 u 8 años de edad y puede estar asociado a la necesidad de encontrar una forma de comunicarse con el mundo exterior. Algunos niños y adolescentes recurren a estas conductas como una forma de comunicarse con el mundo. Aunque las veamos como negativa, para ellos resulta la única forma de establecer contacto o llamar la atención. ¿Cómo detectar el trastorno oposicionista desafiante? Inicialmente es importante que los padres estén atentos a las conductas de los pequeños y entender que más que un simple acto de rebeldía es un trastorno que necesita atención y acompañamiento profesional. Es importante que se den los respectivos chequeos en las primeras etapas del desarrollo, que ayudan en la detección precoz. ¿Qué hace a un niño “mala conducta”? No seguir una orden. Negarse a aplicar las correcciones. No aceptar los regaños o castigos. Reírse de quien le impone una regla. Hacer lo que se le pide que no realice, aunque se le explique. Presenta problemas a la hora de comer, se niega a hacerlo o hay que perseguirlos por toda la casa. Sufre de dificultades para dormir, es decir, presenta trastorno del sueño. Bajo rendimiento académico. ¿Qué puede generar este trastorno oposicionista desafiante? En la actualidad no existe una causa genética de la cual se derive, sin embargo se ha evidenciado que algunos factores en el contexto familiar fortalecen la presencia de las “malas conductas”. Por ejemplo: ambientes violentos, la falta de comunicación de los padres, poner castigos todo el tiempo, la falta de expresión de afecto o cariño con palabras estimulantes. La sobre imposición de la norma es quizá uno de los factores más influyentes, esto puede ser porque muchos padres piensan que al estar pequeños no entienden o no se les debe explicar el porqué de una norma o el por qué el castigo. ¿Qué ocurre? Los niños actúan sin entender el por qué y solo para afirmar su no quiero o no lo entiendo. Todas estas conductas o problemas se hacen evidentes en todos los contextos, estando en la casa, al ir a un parque o fiesta, y por supuesto en la escuela. ¿Cuál podría ser su tratamiento? Inicialmente se requiere que los padres reconozcan la necesidad para poder transformar esas conductas, buscando ayuda profesional, no dejándose llevar por la frustración que genera la falta de control o dicho de otro modo “se me salió de las manos”, pues esta es una realidad que no puede ser fácil de aceptar. Una vez que se accede a la orientación profesional y aceptación de la necesidad de ayuda, el psicólogo realiza un abordaje de las conductas problemas con el niño o adolescente, mediante entrenamiento conductual y análisis de las conductas: Qué las generan, qué las fortalece y cuáles son las consecuencias. El tratamiento puede durar varios meses para mayor eficacia. También incluye educación para los padres de modo que puedan abordar los comportamientos en casa u otros contextos. ¿Si el trastorno oposicionista desafiante no se atiende a tiempo, qué puede pasar? Si bien es cierto que se hace evidente en niños y adolescentes, también lo es que estos niños crecen y si no se interviene a tiempo mediante tratamiento, desarrollan conductas parecidas que posteriormente pueden pasar a formar parte del desarrollo de una estructura de personalidad antisocial. Un niño con trastorno oposicionista desafiante que no fue tratado podría incurrir más adelante en el consumo de drogas, delincuencia o actos relacionados con violación de los derechos de los demás, es decir, la “mala conducta” no atendida a tiempo es precursora del trastorno de personalidad antisocial, de ahí que sea tan importante no descuidarse y buscar ayuda psicológica tanto para el niño como para el grupo familiar.