Los trastornos psicológicos: Como identificar los síntomas y saber cómo buscar ayuda
Aprende a reconocer los cambios significativos en tu estado de ánimo y comportamiento, cuales son las estrategias para prevenir y tratar los trastornos psicológicos más comunes
Controlando la ira
Técnicas para gestionar la rabia y fomentar la paz interior
Buscando la felicidad
Consejos para cultivar el bienestar y la alegría en tu vida diaria
Desmitificando la tristeza
Explora las emociones desde la óptica profesional y encuentra nuevos caminos hacia el bienestar emocional.
Suicidio: el rostro más drástico de la depresión
#EspecialDepresión | Suicidio: el rostro más drástico de la depresión Cuando el sufrimiento es profundo, muchas personas sólo logran pensar en la muerte como una forma de liberación, la única salida ante su dolor. Revisemos algunos conceptos y creencias que rodean el tema del suicidio tan vinculado a la depresión. Por la Psic. Mariana Hernández – #TeamPsicovivir En nuestra cultura, hablar de la muerte es un tema tabú, rápidamente eliminado por comentarios tales como “vamos a pensar en positivo”, “no hablemos de cosas feas”, “No, no, nada de mala vibra”, entre otros. Lo cierto es que el suicidio y la depresión casi siempre van de la mano. En los países industrializados, el suicidio se encuentra entre las primeras 10 causas de muerte para la personas en edades entre los 15 y 29 años. En Latinoamérica, alrededor de 100 mil personas al año se arrebatan la vida, siendo la mayoría, hombres. La realidad es que la muerte y la percepción que tenemos de ésta, forma parte de nuestras vidas y abrir los espacios para hablar con las personas que podrían estar fantaseando con la idea de morir es fundamental en el proceso de abordaje y curación de la depresión, no sólo del individuo en riesgo, sino de aquellos que lo acompañan. Una primera consideración incluye diferenciar los “periodos de tristeza” que pueden aparecer ante eventualidades de la vida diaria y la depresión clínica. Ambas comparten algunas sensaciones y pensamientos: para la primera, las personas por lo general no necesitan medidas extraordinarias para superarla, pero en la depresión, el abordaje profesional es fundamental. Para hablar de depresión, la persona que lo padece debe haberse sentido mal la mayor parte del día, todos los días, durante, mínimo, dos semanas y durante ese tiempo, presentar al menos 5 de las siguientes conductas: En niños y adolescentes, la depresión puede expresarse mayormente a través de rabietas o actitudes agresivas, explosiones de ira, más que con manifestaciones de tristeza, incluso, pueden coexistir ambas formas de vivirla. PSIC. MARIANA HERNÁNDEZ La depresión, como todas las enfermedades mentales y físicas, puede tener un carácter recurrente; es decir, volver a aparecer incluso cuando se pensaba ya curada. Esto a veces genera mucha frustración tanto en quien lo padece como en los familiares y amigos, que creen que una vez superada esta etapa, la depresión no volverá a presentarse. Las personas que padecen depresión moderada-grave tienen un riesgo 20% mayor de intentar suicidarse más que la población que no padece este trastorno. El acompañamiento profesional es indispensable, junto con las redes de apoyo del sujeto, para detectar elementos de riesgo y crear estrategias para superar la enfermedad. Factores que favorecen la presencia de ideas suicidas Creencias usuales sobre la ideación suicida Muchas personas creen que si alguien “avisa” que se va a suicidar o hacerse daño, no lo va a hacer; o que son comentarios para llamar la atención. En este punto, es muy importante entender la relación entre depresión y suicidio. Si bien, hay casos en los que ciertas personas pueden hacer esto para manipular a otros, se debe escuchar y estar atento seriamente a cualquier insinuación o comentario directo que implique acabar con la vida o acciones concretas para hacerlo. Las estadísticas hablan sobre depresión y suicidio Nueve de cada 10 personas que cometen suicidio expresaron su deseo de hacerlo o lo insinuaron de alguna forma, que pudo no ser identificada por su grupo próximo. Incluso comentarios frecuentes sobre la muerte, formas de morir, preguntarse por el más allá (aunque no haga referencia a sí mismo), son alarmas a las que se debe estar atento. Sólo un porcentaje muy pequeño comete suicidio de forma impulsiva, sin haber fantaseado al respecto o haber hecho planes para ejecutarlo. Si una persona tiene conductas autolíticas como ingerir sustancias que pueden dañarlo (productos de limpieza, otros químicos o incluso abuso de medicamentos recetados, por ejemplo, pastillas para dormir) o se hace daño físico con objetos cortantes o punzantes, esta persona puede estar ensayando sus límites y los efectos de diferentes formas de auto agresión. Entre el 30% y 40 % de quienes han cometido suicidio, lo habían intentado al menos una vez antes. Se llena de pensamientos de desvalorización y adquiere una visión de túnel en la que es incapaz de considerar alternativas a su situación. Es allí donde es fundamental el papel del círculo de apoyo. ¿Qué debo hacer como familiar de alguien que sufre depresión? La persona que padece depresión puede estar pidiendo ayuda a de forma indirecta, a través de su comportamiento o comentarios que pueden no estar asociados al contexto. ¿Y qué hacer si creo que quiere cometer suicidio? Depresión y suicidio: Otras estrategias de apoyo y contención El amor, el apoyo consistente y cercano, la escucha activa y asertiva, son fundamentales para brindar contención a alguien que se encuentra deprimido y con posible ideación suicida. Estas personas se encuentran deseosas de encontrar motivos que las mantengan conectadas con el mundo, por eso es importante recordar que motivar es diferente a regañar. Es importante que no se sientan como un estorbo, como una molestia, sino que puedan integrarse en la dinámica familiar y tener roles participativos. Darse cuenta que tienen virtudes y valor, más que escuchar a alguien que se las repite, sin que ellos así lo sientan. La atención especializada es clave para tratar la depresión Junto con el abordaje psiquiátrico y psicológico, acciones tan simples como ESCUCHAR, ACOMPAÑAR, BRINDAR CONTACTO FÍSICO Y CERCANÍA EMOCIONAL, puede hacer la diferencia para una persona y darle la oportunidad de volver a sentirse conectado consigo mismo y otros. En Psicovivir Internacional, estamos para apoyarte si te encuentras atravesando por un periodo de depresión. Recuerda que la atención profesional es fundamental para superarla de forma óptima y tomar acciones a tiempo si se presentan síntomas de nuevo. Sobre la autora: Mariana Hernández – venezolana – @mariana.h.psicologa Psicóloga egresada de la Universidad Central de Venezuela, con Postgrado en Psicología Clínica de la misma universidad. Actualmente residente en Buenos Aires, Argentina. Experiencia
Madurez emocional: a regular las emociones también se aprende.
Madurez emocional: a regular las emociones también se aprende. La clave para lograr la inteligencia emocional no está en evitar sentir las emociones displacenteras, sino, muy por el contrario, necesitamos saber qué estamos sintiendo, por qué lo estamos sintiendo y cómo descargar eso que sentimos, controladamente. Entonces, ¿A qué nos referimos cuando hablamos de madurez emocional? Por Psic. Sofía Giorgi – Especialista Team Psicovivir Quizás a muchos se les puede ocurrir la idea de que la madurez emocional implica no sentir las emociones que podríamos llamar “negativas”, como el miedo, la tristeza o el enojo. Lo cierto es que no hay emociones buenas y malas, positivas o negativas, racionales o irracionales; las emociones más bien son adaptativas, y en este sentido tienen una finalidad. Cada emoción tiene una función El miedo nos advierte del peligro, establece que la meta es escapar y nos prepara para huir. El enojo establece que la meta tiene que ver con superar obstáculos y nos prepara para atacar; el enojo nos permite establecer límites. La tristeza nos prepara para la retirada o la búsqueda de ayuda. La compasión nos capacita para responder al dolor del otro. Las emociones, en tanto son adaptativas, siempre son positivas. Pero podemos hablar de emociones placenteras y no placenteras. No debemos entender las emociones como intrusiones de las que debamos protegernos, ni tampoco como sustancias tóxicas que debemos descargar para quitárnoslas de encima. ¿Debemos entonces confiar ciegamente en las emociones para determinar lo que vamos a hacer? ¡NO! Pero sí confiar en ellas como fuente de información acerca de lo que estamos viviendo. Entendiendo la madurez emocional Necesitamos integrar nuestras mentes y nuestros corazones, sin estar ni dominados por las emociones, ni sin contacto con ellas. Emoción no es opuesto a la razón. Las emociones guían y dirigen el pensamiento. Pero para poder confiar en nuestras emociones tenemos que manejarlas con un tipo especial de inteligencia o sabiduría. Madurez emocional implica reconocer nuestras emociones a medida que emergen y manejarlas para poder alcanzar nuestros objetivos. Darnos cuenta de nuestras emociones constituye la piedra angular de la madurez emocional. Ser conscientes de cuáles son las emociones que nos invaden nos ayuda a manejar nuestros sentimientos de manera que no nos arrollen, nos ayuda a cuidar de nosotros mismos. Entonces, lo que resulta un problema no es que aparezcan las emociones displacenteras, sino que el problema está en la falta de habilidad para regular la dinámica, la intensidad o la duración de la emoción en cuestión. Es decir, cómo sentir miedo sin que éste se vuelva pánico; cómo sentir enojo sin que este desencadene un estallido de ira; cómo sentir tristeza sin que ésta se vuelva un vacío insoportable. Estrategias para fomentar la madurez emocional 1. Entiende tus emociones. Tómate un tiempo para reflexionar sobre lo que sientes y por qué reaccionas de cierta manera en algunas situaciones. 2. Detención del pensamiento. Esta estrategia busca el control del pensamiento y puede ser utilizada antes, durante o después de la situación que te genera la emoción negativa. Se trata de que cuando empieces a sentirte nervioso o alterado, prestes atención a los pensamientos que estás teniendo, e identifiques las connotaciones negativas que tiene para ti. 3. Ensayo mental. Consiste en visualizar que la situación temida se desarrolla sin problemas, y te sientes seguro y relajado porque estás satisfecho con tu manera de actuar. Puedes repetirte también a ti mismo consignas como: lo estoy haciendo bien, estoy relajado, al público le gusta. Esto reforzará la técnica. 4. Cambio de perspectiva. Las personas tendemos a cometer dos grandes errores que pueden afectar nuestro equilibrio emocional: considerar que nuestro punto de vista es el único correcto o válido y otorgar a los demás intencionalidades que pueden no ser correctas. Por eso, intentar cambiar nuestra perspectiva sobre las personas o los hechos puede ser útil. Una forma de lograr esto es ampliar el foco de la situación, pues cuanto más cerca estamos de algo, menos vemos. Para ello podemos alejarnos de la situación de forma literal o de forma mental, intentando ver la situación en su globalidad y analizar de nuevo la situación desde esta perspectiva. 5. ¡Acude a terapia! Regálate esa posibilidad de conocerte, de entender cuáles son tus puntos ciegos, qué emociones gatillan y cómo dejarlas drenar sin que te hagan daño. ¡No te olvides! Si necesitas ayuda, ven a consulta. Estoy para ti en el Team Psicovivir.
Amor propio tóxico ¿de qué se trata?
Desde mi experiencia como psicóloga, denomino el amor propio tóxico como esos patrones de pensamientos erróneos, extremos y superficiales que llegan a resultar en comportamientos y actitudes dañinas y autolesivas.
Viaje hacia uno mismo: conexión y crecimiento personal
Explora conmigo cómo viajar puede ser una experiencia transformadora que nos permite conectarnos con la naturaleza…
Nosotros, tus hijos y mis hijos: desafíos del amor y la convivencia
Nosotros, tus hijos y mis hijos: desafíos del amor y la convivencia Tras una relación que termina, muchas personas encuentran a alguien con quien formalizar un vínculo y volver a unirse en familia. Sin embargo, al existir hijos de relaciones previas, afloran temores de la adaptación y la aceptación de esta nueva convivencia, que a veces les parece “impuesta” a los chicos. Por: Psic. Mariana Hernández – @mariana.h.psicologa Las personas que atraviesan por una separación intentan, eventualmente reconstruir su vida romántica con una nueva familia, pero en el caso de relaciones matrimoniales o convivenciales, ¡esa reconstrucción viene con hijos incluidos! Es un reto vencer muchas resistencias que pueden presentar los hijos, primero ante la nueva pareja del padre/madre y luego, conocer a los hijos de la otra persona, con quienes puede establecerse algún tipo de “competencia por la atención” en la familia, especialmente si tienen edades similares. Esto puede incrementarse si la pareja del padre/madre intenta mostrarse como una figura que ejerce la disciplina desde el inicio de la relación, en lugar de intentar una aproximación amistosa y construir un vínculo antes de asumir alguna actitud autoritaria. Algunos chicos pueden presentar cambios drásticos de conducta, que va desde mostrarse ensimismados y reservados, hasta explosiones de ira ante el más mínimo estímulo. Para los niños pequeños, por debajo de los 7 años, es mucho más fácil aceptar a un nuevo adulto en la dinámica, en especial si la vinculación es amistosa. Crear espacios lúdicos es indispensable. Para chicos entre 10 y 14-15 años la adaptación y aceptación de la nueva pareja del padre/madre puede presentar una mayor resistencia, debido a juicios familiares que le son trasmitidos o a la renuencia de tener que involucrarse en una dinámica familiar en la que no desea una nueva modificación. Esto es en especial cierto cuando se suman niños pequeños o nuevos hermanos, producto de la nueva relación de pareja. Algunos chicos conservan esperanzas de que sus padres puedan volver a vivir juntos, así que la aparición de una nueva pareja representa la pérdida de esta ilusión. Esto implica un duelo que debe ser transitado y para los niños y adolescentes, la tristeza puede expresarse, paradójicamente, en forma de agresividad e irritabilidad. Muchas reacciones negativas de los niños hacia el cónyuge no son personales, se deben a la proyección sobre éste, de la frustración y tristeza contenida por la renuncia a ver a los padres juntos nuevamente. Algunos desafíos entre los chicos con su nueva familia Juntar a hijos de diferentes padres bajo el mismo techo trae algunos retos tanto para los grandes como para los más pequeños. Algunas situaciones se relacionan con: Discusiones y peleas entre los chicos por “reasegurar” el lugar que sienten que tienen dentro del nuevo núcleo familiar. Es esperable que se generen inseguridades, en especial si el padre o madre construye una buena y cercana relación con uno de los hijos del cónyuge. Es importante reafirmar el afecto y crear espacios para hablar sobre los sentimientos que aparezcan. Rechazo directo hacia la pareja del padre/madre con comentarios tales como: “Tú no eres mi mamá”, “Mi papá es mejor que tú”, “No me toques”, “No quiero nada de ti”. Es importante que el adulto no “discuta” estas afirmaciones con el niño. Sólo debe exigirse respeto en caso de agresión verbal o física y conversar la situación con el padre/madre del niño. Influencia de algún ex sobre los hijos con respecto a la pareja conformada: “Mi mamá me dijo que no te hable”, “Por ti mis papás se separaron”. “Mi mamá dice que quedaste embarazada para atrapar a mi papá”, “Mi papá dice que eres mala y que me quieres hacer daño”. Lamentablemente la conducta de muchos adultos los hace involucrar a los hijos en problemas de la relación de pareja que ya no existe. Estas afirmaciones se desmienten con hechos en la medida que pasa el tiempo. La madre o padre del niño debe abordar la situación y disuadir al chico de expresarse de esa manera. Sentimiento de abandono de los hijos que no viven con el padre/madre que ha establecido una familia. Cuando uno de los padres comienza a vivir con una nueva pareja y ésta trae a sus hijos al hogar, los hijos biológicos pueden sentirse desplazados, incluso, demandar tener la misma atención que aquellos chicos que “no son hijos” y que viven con el padre. Esta situación también ocurre cuando la nueva pareja tiene un hijo en común y recibe toda la atención que los hijos que no viven en ese hogar reciben. Es importante mantener un régimen de visitas y de vinculación que permita una familiaridad con la nueva situación de vida del padre/madre. Nuevo hogar/redistribución de espacios. Silos chicos deben mudarse a una nueva casa o pasar a compartir habitaciones con otros chicos diferentes a los hermanos, puede haber malestar por sentir que se les está imponiendo la presencia de otros y que su vida entera ha cambiado por culpa de la nueva pareja. Cambios drásticos como mudanzas de locación o llegada de personas al hogar debe hablarse con sinceridad y establecer acuerdos de antemano, intentando dejar el menor rango de sucesos al factor sorpresa. Sentimiento de culpa de la pareja Los adultos no escapan de las expectativas con respecto a la relación y del trato que sus parejas esperan que tengan con los hijos. Vamos a explorar algunos de los más comunes: No siento que quiera a los hijos de mi pareja: pueden ser los chicos más encantadores del planeta y no, no es obligación quererlos. Sí lo es establecer una relación de respeto y de cordialidad, en especial si hay un proyecto de convivencia. Mi pareja espera que yo asuma la crianza de SUS hijos. No, no te corresponde. Esto es un punto fundamental a aclarar. Sólo si es tu deseo ayudar a la crianza y, sin embargo, el criterio de los padres biológicos y de su otra familia siempre será un factor de influencia importante con respeto a lo que se desee
Psicovivir | 5 claves emocionales para emigrar
Emigrar siempre es un problema, porque nadie emigra de un sitio que ama, nunca emigra de un sitio donde está bien, uno nunca emigra de un sitio donde se siente feliz, donde se siente pleno, donde se siente absolutamente próspero.