Ser mujer, una experiencia subjetiva
Ser mujer, una experiencia subjetiva ¿Qué es ser mujer? ¿Cómo se es mujer? Parecen preguntas obvias, pero no lo son, hay un cúmulo de respuestas, creadas por la sociedad, por nuestras familias, por la humanidad, que hacen ruido en nuestro interior, el cual vamos a indagar hoy. Por la Psic. Alys Trejo, Team Psicovivir Cuando nacemos con un sexo, hembra o varón, ya se nos adjudica un rol, un color, un deber ser. Si es niña debe ser delicada, su color el rosa, su deber servir al otro. En sociedades machistas como la latinoamericana desde niñas nos preparan para la cúspide de nuestras vidas, “ser una mujer exitosa”, pero ¿cuál es el éxito? Eso ya lo veremos. En nuestra adolescencia continua el bombardeo, y cada vez más fuerte, ahora ser mujer se ubica en torno en la sexualidad; puta o virgen. Una mujer, dos mujeres, todas las mujeres, generalidades para definirnos, definir nuestro placer: “Una mujer no debe enseñar las nalgas, eso es de putas”, le dice el padre a su hija, a propósito del último video viral donde una chica salía “bailando”. Allí en ese ejemplo podemos ver todo el cuadro, una adolescente tomada por la sociedad y un padre desubicado de su rol, la señala y la juzga como lo hacen todos desde hace mucho, y es que nosotros mismos como padres debemos primero pensar más allá, ¿para qué mi hija hace eso?, ¿Qué necesita realmente? Desde la antropología social, la mujer ha tenido una y otra vez que liberarse de definiciones que la encasillan, que la atan, que solo le dan un valor de objeto. PSIC. ALYS TREJO Antes no existía la opinión de una mujer para la elección; ni elegir el gobernante de su nación, ni elegir estudiar una carrera, ni elegir tener o no tener una familia, hijos. Las mujeres que hicieron revolución fueron llamadas brujas, rebeldes, machorras, fueron asesinadas, juzgadas y condenadas, fueron señaladas como fracaso porque no callaron porque exigieron, y aun pasa, en países como Argentina, México, Perú, las estadísticas de agresión y violación a sus derechos son realmente altos. Psicológicamente construimos nuestro propio concepto de mujer, nos topamos en un momento de nuestra vida con el poder de elegir, elegir qué mujer queremos ser. Aun estando en pleno siglo XXI, tenemos que hacer frente a muchas condenas y señalamientos incluso dentro del mismo género. En la actualidad tenemos un ideal de mujer que abarca todo La mujer exitosa se presenta como la perfecta en todo, la más bella, la mejor esposa, la mejor amante, la mejor madre… esa que vemos en redes sociales siendo objeto nuevamente. La modernidad nos hace perder el foco, perdernos en medio de la perfección y el desmerecimiento, usándonos de nuevo para el consumo de una sociedad. Sr. padre, Sra. madre enséñele a ella la realidad en la que nos encontramos, ahí es donde está la verdadera lección de vida. No es exponiéndola nuevamente al público para que la devoren como buitres, (a propósito del video viral). Lamentablemente algunos padres no tienen esa capacidad de análisis porque ni siquiera dudan de lo que pasa. Recordemos que todos estamos inmersos en ese control social y no nos damos cuenta. En terapia por ejemplo son motivos de consulta; la elección de ser madre o no, la elección de separarse o continuar en un infierno con la pareja, la elección de disfrutar su sexualidad sin culpas. En terapia encontramos el espacio para hacernos las preguntas necesarias para salir de ese paradigma de ser mujer y construir nuestra propia versión, segura y confiada que es nuestro poder de elegir. Me despido hoy día de la mujer deseando que todas y cada una logre construir su propia versión, que sepamos que en ese proceso estamos todas, que seamos más empáticas unas con las otras, y cuando digo todas hablo también de aquellos que definen ser mujer más allá de su sexo, por el lado de lo femenino. Ser mujer es divino. Les dejo un poema de Mario Benedetti ¿Y si Dios fuera mujer?pregunta Juan sin inmutarse,vaya, vaya si Dios fuera mujeres posible que agnósticos y ateosno dijéramos no con la cabezay dijéramos sí con las entrañas. Tal vez nos acercáramos a su divina desnudezpara besar sus pies no de bronce,su pubis no de piedra,sus pechos no de mármol,sus labios no de yeso. Si Dios fuera mujer la abrazaríamospara arrancarla de su lontananzay no habría que jurarhasta que la muerte nos separeya que sería inmortal por antonomasiay en vez de transmitirnos SIDA o pániconos contagiaría su inmortalidad. Si Dios fuera mujer no se instalaríalejana en el reino de los cielos,sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno,con sus brazos no cerrados,su rosa no de plásticoy su amor no de ángeles. Sobre la Autora: Alys Trejo- Venezolana – @psicologalys Licenciada en Psicología graduada en la Universidad Yacambú en el 2010, con formación académica en Psicoanálisis, amplia trayectoria en el área clínica infantil y adultos. Actualmente se desempeña como Psicoterapeuta en Psicovivir Internacional manejando criterios eficaces para el tratamiento de trastornos de personalidad, trastornos afectivos, dificultades emocionales y de comportamiento en adultos.