Miedos aprendidos: cómo lidiar con el temor que otros nos infunden

Miedos aprendidos: cómo lidiar con el temor que otros nos infunden El miedo es una de las emociones básicas más poderosas que existe. Nos alerta ante situaciones potencialmente peligrosas, activando una respuesta adaptativa. Por tanto, es fundamental para mantenernos a salvo. En este artículo exploramos el origen de los miedos aprendidos y las alternativas psicológicas para manejarlos. Por @KeilaCaridad – Jefa de Redacción y Contenidos El problema comienza cuando el miedo se vuelve omnipresente o se genera ante situaciones que realmente no representan un riesgo físico ni psicológico. Cuando nos llenamos de miedos aprendidos que nos impiden desarrollar nuestro potencial manteniéndonos en una zona de confort demasiado estrecha, comienza el desbarajuste emocional. Entrevistamos a la psicóloga Yman Lozano, miembro del Team Psicovivir, con quien abordamos el alcance de los miedos aprendidos que muchas veces nos inculcan sin darnos cuenta, afectando así nuestra vida y nuestras relaciones. ¿Qué son los miedos aprendidos? Para iniciar, es importante definir el miedo, es una emoción básica y se activa como sistema de alarma ante un peligro, generando una respuesta de luchar o escapar, e incluso, paralizarte. Ahora bien, la capacidad de experimentar miedo es innata y evolutiva, sin embargo, a medida que vamos creciendo intervienen diversos factores que pueden originar o agudizar el miedo tales como la experiencia de peligro o amenaza, interpretación que asignamos a ellas, la intensidad de la emoción que nos genera, la información que recibimos de ese estímulo. Por tanto, cuando somos niños y aún no tenemos la concepción del mundo, utilizamos como referencia a nuestro entorno para obtener información y saber cómo comportarnos ante diversas situaciones, así como, en nuestras figuras de apego que también nos transmiten seguridad, confianza o pueden generarnos angustia y miedo. ¿Cómo influye en nosotros los miedos ajenos? Es necesario destacar que el hecho de que los miedos sean aprendidos no los hace menos atemorizantes ya que nuestro cerebro no diferencia entre el miedo propio o aprendido. En este sentido, a nivel biológico y hormonal, se identifican e interpretan como miedo, se activan de la misma forma e intensidad como reaccionaríamos a los que aprendemos por nuestra propia experiencia, por tanto, la respuesta e impacto en nuestro comportamiento es igual. Muchos de estos miedos no son solamente a objetos, animales o situaciones determinadas, también pueden presentarse de forma difusa y en diversos contextos de la vida del ser humano como por ejemplo miedo a fracasar, a equivocarte, a estar solo, que definitivamente influyen en el comportamiento, desempeño laboral, relaciones interpersonales y de pareja, entre otros. ¿Cómo vencer los miedos aprendidos? De hecho, que sí, tal como lo mencionaba, el cerebro solo indica que hay miedo, luego viene la interpretación que realizamos en función del estímulo y lo que experimentamos. Por tanto, un paso importante para vencerlos es reconocer que tan válido es, su intensidad, cuanto nos limita, y contrastar un poco con las experiencias o evidencias que lo sustentan, logramos darnos cuenta y poder trabajarlos en terapia. Además, comprender su origen, de donde surgió, si hay alguien en nuestro entorno o crianza que comparta ese miedo o en todo caso, si hemos experimentado alguna situación similar que nos genere ese miedo que experimentamos. ¿Existe tratamiento para afrontar los miedos aprendidos? Desde la psicoterapia, existen diversos enfoques que permiten intervenir en las manifestaciones del miedo, la tensión física que genera, disminuir la intensidad de la emoción con técnicas como la relajación, el mindfulness, regulación emocional. Asimismo, dirigir parte del tratamiento a identificar los miedos, su origen, la interpretación y valoración que hacemos de ellos, exponernos gradualmente en espacios seguros ante ellos, para poder afrontarlos de una forma distinta. ¿Sufres de miedos aprendidos? Atiende esta recomendación En general, reconocer que el miedo es una respuesta natural e innata ante una situación amenazante o un peligro. Sin embargo, cuando esta respuesta se condiciona a una reacción más frecuente, desagradable, duradera y altera nuestro comportamiento, incluso que me limita e incapacita, debemos buscar ayuda profesional ante esta situación ya que puede interferir en nuestro desarrollo y calidad de vida.

Ansiedad y miedo: Usted está en el parque y hay un perro que lo mira

Hoy te vengo a hablar sobre la diferencia entre miedo y ansiedad.Cuando hablamos de ansiedad nos referimos a un proceso que generalmente tiene que ver con esto que les voy a explicar con un ejemplo: Imagínese que usted está en un parque y en ese parque usted ve un perro y ese perro lo mira fijamente.  Usted sabe que lo va a morder, entonces el perro se acerca, usted comienza a sentir palpitaciones, empieza a sentir sudoración, sus músculos se contraen, su atención se pone inmediatamente super rápida e hiperactiva y no sabe muy bien qué hacer.Está allí todo indeciso, ¿verdad? Eso es MIEDO.Usted vio al perro, el perro lo va a morder. Usted tiene una serie de síntomas que están ahí presentes que lo van a poner a huir, a inmovilizarse o a atacar. Y tiene todos esos procesos: sudoración, temblor, opresión en el pecho, músculos contraídos, sensación de miedo, sensación que no sabe a dónde va a parar con esto, pensamientos rapidísimos, atención hiperactiva. Eso es MIEDO.¿Por qué?Porque usted está viendo el perro y sabe que el perro lo va a morder. ¿Qué pasa con la ANSIEDAD? Usted tiene exactamente esos mismos síntomas, igualitos, pero no hay perro. En todo caso, puede que en su imaginación esté un perro. ¿Será que si voy al parque un perro me va a morder?Y entonces empieza a sentir toda esa serie de cosas o piensa:Yo no voy a ir al parque porque definitivamente el perro me va a morder.Y empieza usted de nuevo a sentir todos esos síntomas.O se despierta a las tres de la mañana: ¡Ay! Sentí que un perro me mordió. Sigue leyendo: Ansiedad al piso: 5 ejercicios para combatir la ansiedad   ¿Se da cuenta como todo eso es ANSIEDAD? Entonces la diferencia fundamental entre ansiedad y miedo está en el contacto con la realidad. El miedo tiene que ver con cosas que verdaderamente están, existen y que realmente representan un peligro para usted.Y la ansiedad tiene que ver con procesos imaginarios, procesos de pensamientos, con ideas que usted tiene y que no necesariamente representan un elemento actual. La otra característica diferencial importante entre miedo y ansiedad tiene que ver con la intensidad. El miedo es proporcional a lo que usted está viviendo, es proporcional al peligro que usted realmente estaba experimentando.La ansiedad es cada vez mayor, inclusive se generaliza a grandes cosas.De repente usted tenía un poquito de miedo a salir hacia la calle y ahora ni siquiera sale del cuarto. ¿Se fija? Se va ampliando y se va generando muchísima más ansiedad, porque es un proceso evidentemente psicopatológico y tiene que ser tratado.El miedo no es un problema. El miedo es una sensación más natural que nos protege de muchísimas más cosas. Cuando hablamos de ansiedad, sí, son las mismas sensaciones que se experimentan con el miedo, pero ya no viene de un proceso natural, ya no vienen de un proceso normal, en consecuencia, necesita tratamiento psicológico. Revisar en psicoterapia por qué esos miedos están allí cuando realmente no representan un peligro verdadero, es la clave de la ansiedad.¡Nos vemos en consulta!

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